La 18ª edición de Expoesía llega a su fin con un recital del poeta y periodista Carlos Aganzo que ha resonado con fuerza en el acto de clausura. La jornada, cargada de emoción y con el recuerdo siempre presente del fallecido concejal Jesús Bárez, ha servido como colofón a días de intensa actividad literaria y ha sentado las bases para el futuro, anunciando el lema de 2025: "Cultura de Paz".
El telón de Expoesía 2024 ha caído, pero el eco de los versos y las reflexiones compartidas perdurará en la memoria de Soria. La clausura de esta decimoctava edición ha tenido como protagonista a Carlos Aganzo, poeta y periodista, cuya figura ha sido presentada por su amigo y también poeta Fermín Herrero. En un ambiente que ha combinado la celebración de la palabra con la nostalgia por la ausencia de Jesús Bárez, fundador e impulsor del festival, la poesía ha demostrado una vez más su capacidad para unir, conmover y mirar hacia el futuro.
La concejala de Cultura, Gloria Gonzalo, ha sido la encargada de cerrar oficialmente el evento, no sin antes agradecer a todos los implicados su dedicación y reafirmar el compromiso de la ciudad con la cultura como herramienta de transformación. La presencia de Aganzo, un asiduo de Expoesía desde sus "tiempos heroicos y frágiles", como ha recordado Herrero citando a Cernuda, ha supuesto un broche de oro para una edición que ha destacado por su calidad y su calidez humana.
Antes de que Aganzo tomase la palabra, Fermín Herrero ha trazado un exhaustivo y afectuoso retrato de su trayectoria. Lo ha definido como un "periodista de raza", recordando sus inicios en el diario Ya, donde pasó de "chico de los recados a subdirector", y su posterior dirección de cabeceras como La Voz de Huelva, el Diario de Ávila y, durante nueve años, El Norte de Castilla. Herrero ha destacado su labor como creador de suplementos culturales de referencia, como "La Sombra del Ciprés", que obtuvo el Premio Nacional de Fomento de la Lectura.
Pero más allá del periodismo, Herrero ha subrayado que la condición fundamental de Aganzo es la de poeta. Ha situado el origen de su voz poética en Ávila, con su libro Manantiales, entroncando su estilo con una tradición castellana que va "desde Jorge Manrique hasta Claudio Rodríguez". Sin embargo, ha señalado que cada libro de Aganzo supone "una apertura de significado y también de sentido", explorando desde lo bíblico y lo clásico hasta la poesía china o la estética cisterciense, demostrando una vasta cultura y una inagotable curiosidad intelectual.
Carlos Aganzo ha comenzado su recital con un poema autobiográfico de su último libro, "Tiempo parcial", que ha servido como perfecta ilustración de la vida polifacética descrita por Herrero. Con una mezcla de ironía y ternura, el poema desgrana una interminable lista de ocupaciones: periodista, gestor cultural, conferenciante, jurado de premios, viajero y, en casa, "chófer, jardinero, chef a tiempo parcial". La confesión de vivir en un torbellino de actividades ha conectado inmediatamente con un público que se ha visto reflejado en esa sensación de fragmentación contemporánea.
El poema, que Aganzo ha calificado como "un poema de amor", culmina con una declaración que revela el verdadero motor de su existencia. Tras enumerar todas sus facetas, concluye: "Dicho así, quizás parece algo, mas creedme, no es nada, todo es tiempo, es parcial y es interino. A jornada completa, lo único que hago es soñarte despierto, una vez por minuto". Esta revelación ha provocado el aplauso del público y ha planteado una pregunta que Herrero ha verbalizado: "¿Cómo consigue escribir poesía?". La respuesta, implícita, es que la poesía no es una tarea más, sino el sustento que da sentido a todas las demás.
El recital ha continuado explorando las grandes constantes de su obra: el diálogo con los clásicos, el compromiso con el presente y la reivindicación de la naturaleza. Aganzo ha compartido su poema "Coherencia", una profunda reflexión sobre el papel del individuo en tiempos convulsos que interpela directamente al oyente: "¿Debe un hombre que dice amar la libertad y la justicia sobre todas las cosas, recostarse en la tierra delante de los carros de combate, o debe ir cada día prudentemente al aula, sembrar en sus alumnos su semilla de sueños?". Un texto que resuena con especial intensidad en el contexto global actual.
También ha abordado la "llegada de los bárbaros", un tema que, según ha explicado, ya anticipó hace más de veinte años. En su poema inspirado en la poeta china Li Ching Zhao, ha evocado la fragilidad de la cultura frente a la barbarie: "Todo más bello aún, más alto, más intenso, por saber que se acaban los recibos de música y la antigua fragancia de los tilos". Su lectura ha sido un recordatorio de que la defensa de la cultura y la educación es la principal barrera contra la sinrazón.
La parte final del acto ha correspondido a la concejala de Cultura, Gloria Gonzalo, quien ha hecho un balance muy positivo de la feria. Ha agradecido la implicación de poetas, editoriales, librerías, organizadores y, especialmente, del público. "Ustedes son, sin duda, la razón de ser de Expoesía", ha afirmado. En su discurso, ha destacado la importancia de la cultura como motor de cambio, anunciando que el lema para 2025 será "Cultura de Paz".
Gonzalo ha reafirmado la idea de que "la cultura no puede ser neutral" en un mundo convulso, y ha posicionado a Soria como un lugar desde el que "levantar la palabra como herramienta de encuentro". Sus palabras finales han estado dedicadas a la memoria de Jesús Bárez, con una afirmación cargada de emoción y determinación que ha sido recibida con un largo aplauso: "A Jesús, esta poesía le habría encantado. No vamos a perder su esencia nunca". Con este compromiso, Expoesía se ha despedido hasta el próximo año, dejando un legado de versos, reflexiones y la firme convicción en el poder transformador de la poesía.