El alcalde de El Burgo de Osma, Antonio Pardo, desgrana en una entrevista en exclusiva con Soria Noticias las claves de las inminentes fiestas en honor a San Roque y la Virgen del Espino. El regidor ha anticipado una afluencia masiva y ha destacado el papel insustituible de las peñas, la música y la tradición en unas celebraciones que este año llegan con importantes novedades y sorpresas.
El pulso de El Burgo de Osma se acelera. A 48 horas del inicio de sus fiestas patronales, la villa episcopal ya vibra con una energía que presagia una semana inolvidable. Las calles, cada vez más concurridas, y el ambiente general anuncian que los días más esperados del año para cualquier burgense están a punto de comenzar. Se espera una afluencia histórica, impulsada por el buen tiempo, las ganas acumuladas y un programa que no da tregua.
Para conocer de primera mano las expectativas y los detalles de estas celebraciones, Soria Noticias ha conversado con su alcalde, Antonio Pardo. El primer edil ha compartido su visión sobre unas fiestas que, según sus palabras, se presentan multitudinarias. "Ahora mismo, el Burgo está a tope, o sea, no hay posibilidad de encontrar aparcamiento", ha afirmado con rotundidad, señalando que indicadores como el consumo de agua o el trasiego en las tiendas confirman esta previsión. Unas fiestas que combinan el arraigo de sus tradiciones más profundas con un impulso renovado para seguir creciendo. Si quieres conocer el programa completo de las fiestas de la villa burgense, puede hacerlo en SoriaNoticias.
Si algo define la idiosincrasia de las fiestas burgenses, son sus quince peñas. Lejos de ser meros locales de reunión, constituyen el verdadero motor de la celebración. Antonio Pardo ha explicado con claridad qué las hace tan especiales: "Igual que hay fiestas que cada día son diferentes, aquí lo que hay diferentes son las peñas. Cada una tiene su historia, sus tradiciones, su forma de participar". Esta diversidad es la gran riqueza de El Burgo, un mosaico de colores, sonidos y formas de vivir la fiesta que enriquece la experiencia colectiva.
Este año, además, la celebración tiene un cariz especial, ya que dos de las peñas más emblemáticas, la peña Amistad y la peña Contraste, cumplen 50 años de existencia. Un hito que celebrarán con actos internos de reconocimiento, sumando más emoción a la semana. En colaboración con el Ayuntamiento, la Federación de Peñas ha impulsado también novedades como la instalación de un DJ, el 18 de agosto tras la verbena, en la Plaza de las Peñas, buscando ofrecer nuevos espacios de ocio para los más jóvenes sin perder la esencia tradicional. "Las peñas son fundamentales para nuestras fiestas y desde el Ayuntamiento siempre buscamos apoyarles con los locales que se ceden a las mismas, que cuentan con todo tipo de servicios, y ayudamos para todo lo que necesiten", destaca Pardo.
Mantener la esencia no significa inmovilismo. El consistorio ha trabajado para dar un mayor lustre a algunos de los actos más simbólicos. Un ejemplo es el disparo de cohetes del día 14 a mediodía. "Hemos querido darle más entidad como pueblo", ha señalado Pardo. Lo que antes era un acto más espontáneo, ahora se ha institucionalizado para que, "tras el alcalde y el concejal de festejos, también participen la reina y damas, la Cofradía de San Roque y la Federación de Peñas, otorgándole la solemnidad que merece el pistoletazo de salida".
Pero la gran incógnita de este año es otra. El alcalde ha desvelado una de las sorpresas mejor guardadas: el estreno de una nueva carroza para la reina y las damas. "Va a ser una sorpresa que tenemos bien guardada. Llevábamos con la carroza que ha estado saliendo hasta el año pasado más de 20 años", ha confesado. Este cambio busca dar "mayor esbeltez" al desfile por las calles principales, que será el 14 de agosto, un momento icónico seguido por todas las peñas y que ahora contará con un atractivo visual completamente renovado.
"No se pueden entender las fiestas del Burgo sin música y sin músicos", ha sentenciado el alcalde. La banda sonora de la villa es constante y omnipresente. Desde "primera hora de la mañana, las dianas recorren las calles con dulzainas, instrumentos de percusión y viento". La música no cesa "con la subida y bajada de los toros, ni con el emblemático baile de la Rueda". Según Pardo, el ambiente es único: "Podemos decir que en las 24 horas del día del Burgo de Osma, en los días de fiesta, no para la música en ningún minuto".
Este torrente musical se complementa con la vida en la Plaza de las Peñas, un espacio con infraestructura propia donde el ambiente, especialmente por la tarde y noche, es "impresionante". Allí, peñistas y visitantes "se reúnen para merendar y cenar, creando una atmósfera de hermandad única". Ante la previsión de calor, el alcalde ha bromeado con una advertencia a los distribuidores: "Que se preparen los de la Mahou y las demás, porque con el calor que esperamos... se lo van a beber todo".
Preguntado por sus momentos más personales y especiales, Antonio Pardo no ha dudado en destacar tres pilares que, para él, sustentan el verdadero significado de la fiesta. El primero, el arranque: "El acto del comienzo de las fiestas, que es la coronación y el pregón, genera algo difícil de explicar", a las 21:30 horas del 14 de agosto, en la Plaza Mayor. El segundo, un acto religioso de gran calado, "la procesión de San Roque el día 16 por el casco antiguo", a las 12:00 horas. Y junto a él, "la ofrenda floral a la Virgen del Espino el día 15 en la Catedral", a las 12:45 horas. "Para mí, si no existe eso, no tengo fiesta", ha confesado, subrayando la importancia de las raíces y la tradición en su forma de vivir estas fechas.
La afición taurina en El Burgo de Osma es tan profunda que define su propia historia. Pardo ha relatado una anécdota reveladora: hace 118 años, el Ayuntamiento preguntó al pueblo qué preferían, traer el agua corriente o construir una plaza de toros. La respuesta fue tajante. "Y el Burgo decidió construir la Plaza de Toros porque el agua ya vendría", ha explicado. Esta decisión demuestra hasta qué punto la tauromaquia estaba arraigada, con "corridas que ya se celebraban en la Plaza Mayor y la de la Catedral". Hoy, ese coso centenario, tras años de conservación, es "un auténtico monumento", orgullo de todos los burgenses y va a acoger una feria taurina de categoría.
Finalmente, el alcalde ha querido lanzar un doble mensaje. A sus vecinos, les ha pedido que "desconecten del día a día y que se introduzcan en el panorama festivo y que disfruten". Para los visitantes, la invitación es abierta: "Que elijan ese momento del día que más les gusta disfrutar", ya sea "el vermú de mediodía, la bajada de los toros o las grandes orquestas de la Plaza Mayor". Una invitación a sumergirse en unas fiestas que prometen ser, un año más, inolvidables.