El actor Carlos Areces desvela en una reciente entrevista su profunda conexión con Soria, forjada durante el rodaje de 'El Pueblo'. Areces narra cómo un intento de fichaje por 'La que se avecina' le llevó a Valdelavilla, un lugar que se convirtió en su refugio personal por la tranquilidad y el aislamiento que le ofrecía, a diferencia de la mayoría de sus compañeros.
El polifacético actor Carlos Areces desvela en una reciente entrevista su profunda conexión con la provincia de Soria, forjada durante las largas temporadas de rodaje de la serie 'El Pueblo'. El intérprete recuerda la experiencia como una oportunidad única de desconexión y valora la tranquilidad de un entorno que, a diferencia de muchos de sus compañeros, disfrutaba en soledad.
En una extensa y sincera conversación en el pódcast 'Mister Chaise Longue', el conocido actor ha repasado los hitos de su carrera, desde sus inicios en el humor de culto hasta su consolidación como una de las caras más populares de la ficción nacional. Aunque actualmente promociona su participación en la serie 'Superstar', Areces dedicó una parte importante de la charla a rememorar con especial cariño su paso por las Tierras Altas sorianas.
La historia de cómo llegó a Soria es, en sí misma, una anécdota que revela mucho sobre su trayectoria. Un camino que comenzó con el deseo de alcanzar a un público más amplio y que, de forma inesperada, le llevó a encontrar un remanso de paz en un pequeño pueblo reconstruido que se convertiría en un plató de televisión y en su particular refugio.
La llegada de Carlos Areces a Valdelavilla fue el resultado de una carambola profesional. Según relató por primera vez, tras años de proyectos de nicho como 'La Hora Chanante', sintió la necesidad de un cambio. "Estaba harto de ser de culto, ¿sabes? Yo quería ya sustento, yo quería poder comprarme una casa", confesó con franqueza. Esta ambición le llevó a buscar un papel en la exitosa 'La que se avecina'.
Tras una promesa inicial que no se concretó como esperaba, el creador de la serie, Alberto Caballero, le planteó dos opciones: un personaje fijo en 'La que se avecina' o un papel en una nueva ficción que preparaban, 'El Pueblo'. Areces, con un "espíritu muy conservador", se inclinó por la serie ya consolidada, pero Caballero le propuso un doblete: "¿Y por qué no hacer las 2?". Así comenzó su andadura en la serie que le traería a Soria durante cuatro temporadas.
A diferencia de gran parte del equipo, Areces disfrutaba enormemente de la estancia en la provincia. "Al contrario que la mayoría de mis compañeros que están deseando que llegara el viernes para poder largarse de vuelta a Madrid y retomar su vida, yo cruzaba los dedos para quedarme solo", afirmó. Para él, cuya vida social se reduce a "un paquete de libros", la tranquilidad del entorno era un regalo.
El actor recuerda con nitidez la experiencia de aislamiento que suponía el rodaje, especialmente en las primeras temporadas, debido a la falta de cobertura. "El pueblo está en el fondo de un valle, entonces en el momento en el que empezabas a bajar, adiós cobertura", relata. Lejos de ser un inconveniente, para él era una ventaja. "Tú bajabas un lunes y no sabías nada del mundo en absoluto", explica, describiendo cómo los mensajes llegaban de golpe al subir la carretera el viernes.
Esta "experiencia inmersiva", como él mismo la define, le permitió disfrutar plenamente de la vida en Valdelavilla, un pueblo que, gracias a la serie, se ha convertido en un punto de peregrinación turística. Areces destaca cómo el éxito de la ficción ha contribuido a la revitalización de la zona, con mejoras como la reconstrucción de la iglesia, que se encontraba en ruinas.
Más allá de su faceta como actor, la entrevista también arrojó luz sobre sus otras pasiones. Areces es, junto a Aníbal Gómez, el 50% de Ojete Calor, un fenómeno musical que comenzó como una broma en un bar y que ahora llena grandes recintos. Su primer concierto fue, en sus propias palabras, "un desastre absoluto", pero fue el empujón necesario para que el proyecto, apadrinado inicialmente por Joaquín Reyes, comenzara a tomar forma hasta convertirse en el éxito que es hoy.
Este perfil de icono popular contrasta con su universo interior, marcado por una curiosidad insaciable. Areces se confesó un ávido lector de ensayo, con un interés creciente por temas complejos. "Últimamente estoy, no me preguntes por qué, muy con la neurociencia y muy con la astronomía y la física cuántica", explicó. Esta búsqueda de conocimiento le lleva a una profunda reflexión: "Cuanto más leo sobre cosas que me apasionan pero que desconozco, más ignorante me siento".
Este conjunto de facetas dibuja a un artista atípico en el panorama español: un hombre que triunfa en la cultura de masas mientras huye de las redes sociales, que provoca la carcajada de miles de personas en un escenario pero que encuentra su mayor placer en la soledad de un valle soriano, sumergido en los misterios del universo.