Mientras la mayoría de los mayos de la provincia se levantaron en primavera, Vinuesa mantiene viva su singular tradición en pleno verano. La localidad pinariega cumple fielmente con su rito este jueves, 14 de agosto, dando comienzo a sus esperadas fiestas patronales en honor a la Virgen del Pino y San Roque. Con la fuerza y la coordinación de sus vecinos, el imponente pino ya se alza hacia el cielo visontino, un acto que congrega a cientos de personas y que sirve como pistoletazo de salida a los días grandes del pueblo. El pino de esta edición ha sido realmente impresionante, con un tamaño de 27 metros, 67 centímetros de ancho y casi 100 años de vida, uno de los más grandes que se han visto en los últimos años.