Los escritos ya hablaban de este día en 1934. Por aquel entonces, las emigrantes que regresaban a su tierra desde Latinoamérica presumían en la verbena de sus mantones de manila. El paso del tiempo no ha borrado la esencia de la noche más elegante del año en la localidad. Los mantones de manila y las capas castellanas inundan el pueblo en una tradición que promete pervivir.
El Royo se prepara para vivir este sábado, 23 de agosto, una de sus noches más especiales y elegantes del año. La localidad celebra su tradicional Desfile del Mantón de Manila y la Capa Castellana, un evento que trasciende la simple verbena para convertirse en un homenaje vivo a su historia, a las raíces de sus gentes y a la elegancia de prendas que guardan relatos de ultramar y prosperidad. La música, el baile y la expectación por el sorteo de una pieza histórica congregarán a vecinos y visitantes en una celebración que cada año gana más adeptos.
Esta fiesta no es una costumbre reciente, sino un legado que se ha transmitido con orgullo a lo largo de las décadas. Su origen, tal y como recuerda Miguel Ángel Delgado, concejal en el Ayuntamiento de El Royo, está "íntimamente ligado a la emigración soriana a América". Eran los indianos quienes, a su regreso, traían consigo lujosos mantones de Manila como símbolo del éxito alcanzado lejos de casa. "Lucirlos en la verbena del pueblo era una forma de compartir su prosperidad y de engalanar una fiesta que, con el tiempo, ha hecho de estas prendas su seña de identidad", apunta Delgado.
Para el Ayuntamiento, organizar este evento supone "el compromiso de conservar y difundir las costumbres", un esfuerzo que se refleja en cada detalle de la programación y, especialmente, en el valor de los premios que se sortean.
La historia de esta tradición está documentada desde hace casi un siglo. Según ha recordado Delgado, ya en 1934 la prensa de la época se hacía eco de la singularidad de esta celebración. "La provincia recogía como la tradicional verbena de la localidad. Las mujeres lucían orgullosas sus mantones, muchas veces traídos de ultramar", ha detallado el concejal. Esta costumbre de lucimiento se formalizó en 1978 con la creación del primer Certamen Nacional de Mantón de Manila, que premiaba tanto el valor de las piezas como la elegancia al portarlas.
Aunque aquel formato de concurso se ha perdido con el tiempo, la esencia ha permanecido intacta. La fiesta se ha reconvertido en un vistoso desfile donde el protagonismo es compartido y el objetivo es disfrutar de la belleza de los mantones y las capas castellanas sin la presión de una competición. El evento actual mantiene el espíritu original, celebrando la historia y la estética de estas prendas en un ambiente festivo y comunitario, donde el mayor premio es participar.
La jornada de este sábado, 23 de agosto, se desarrollará con un programa diseñado para el disfrute de todos los asistentes. La organización ha previsto una serie de actos que combinan música, tradición y reconocimientos:
23:00 horas: La noche arrancará con un concierto a cargo de la Banda de Música de Covaleda en el salón municipal.
00:00 horas: Se iniciará el desfile de mantones y capas, que recorrerá el trayecto desde el salón hasta el quiosco de la plaza, recientemente restaurado.
01:00 horas: Los participantes y el público disfrutarán de un baile tradicional, amenizado por la propia banda, un momento cumbre donde las prendas lucirán en todo su esplendor.
Al finalizar: Tendrá lugar el esperado sorteo de una capa castellana nueva y un mantón de Manila histórico, la gran joya de la noche.
Posteriormente: Se procederá a la entrega de premios de los distintos concursos celebrados en el municipio a lo largo del año, como el de fotografía, el de 'Decora tu pueblo' o el certamen para diseñar el escudo municipal.
Uno de los mayores alicientes de la noche es, sin duda, el sorteo del mantón. No se trata de una pieza cualquiera, sino de una auténtica reliquia. "Es un mantón con más de 100 años", ha confirmado Miguel Ángel Delgado. El Ayuntamiento adquiere esta joya en una tienda especializada en mantones históricos, asegurando así que el premio esté a la altura de la tradición que se conmemora. Mientras que la capa sorteada es nueva, el mantón es un pedazo de historia que el afortunado ganador podrá conservar.
Este gesto subraya el valor que la localidad otorga a su patrimonio cultural. Además, la organización ha previsto un detalle para todos los que contribuyen al esplendor del desfile: cada persona que participe ataviada con su mantón o capa recibirá un pequeño obsequio sorpresa como agradecimiento por su implicación.
Aunque la gente de El Royo es el alma de la fiesta, su fama ha traspasado los límites del municipio. El año pasado se contabilizaron unos 120 participantes en el desfile, una cifra que evidencia su poder de convocatoria. "Viene gente del Valle, de Vinuesa, de Covaleda y de Soria capital. Me atrevería a decir que, prácticamente, de toda la provincia", ha afirmado el concejal. La fecha, pasada la festividad del 15 de agosto, también contribuye a que muchos vecinos de otras localidades se acerquen a disfrutar de una de las últimas grandes verbenas del verano.
Delgado ha querido destacar el papel fundamental de los vecinos, a quienes considera "la semilla" que permite que la tradición florezca cada año. Es su arraigo y su entusiasmo lo que ha convertido una costumbre local en un referente festivo provincial. La combinación de la participación local y la afluencia de visitantes crea una atmósfera única, donde se comparte el orgullo por una herencia común.
Lejos de ser una tradición anclada en el pasado, el Desfile del Mantón y la Capa de El Royo goza de una excelente salud y mira al futuro con optimismo. La implicación de las nuevas generaciones es una realidad palpable. "Hay familias que lo tienen muy arraigado y lo van transmitiendo de generación en generación", ha explicado Delgado.
La presencia de jóvenes en el desfile es la mejor garantía de continuidad. Con una base tan sólida, el concejal se ha mostrado convencido del porvenir de la fiesta. "El relevo generacional está garantizado", ha concluido. Este sábado, El Royo no solo lucirá sus mejores galas, sino que también exhibirá el orgullo de una tradición que ha sabido tejer, con hilos de seda e historia, un futuro prometedor.