PROVINCIA
Actualizado 21/08/2025 11:43:25

La Dirección General de Tráfico ha comenzado a instalar una nueva señal, identificada como S-991c, para advertir de la presencia de radares 'foto-rojo' en los semáforos. Esta medida busca reducir la siniestralidad en los cruces urbanos mediante un sistema de vigilancia que sanciona con 200 euros y la retirada de cuatro puntos del carné a los vehículos que no respeten la luz roja.


La Dirección General de Tráfico (DGT) ha iniciado la implantación de una nueva señalización en las carreteras españolas con el objetivo de reforzar la seguridad en las intersecciones urbanas. Se trata de la señal S-991c, un pictograma diseñado para alertar a los conductores de la presencia de sistemas de control automáticos en los semáforos, comúnmente conocidos como radares 'foto-rojo'.

Esta medida se enmarca dentro de la actualización del catálogo de señales de tráfico, adaptándolo a las nuevas tecnologías y a los retos de la movilidad actual. El propósito principal, según detallan desde la DGT, es disuadir a los conductores de cometer una de las infracciones más peligrosas en ciudad: rebasar un semáforo en fase roja. La señal se coloca a unos metros de la línea de detención para garantizar que el aviso sea efectivo.

Según los datos del propio organismo, en España ya se encuentran operativos más de 500 dispositivos de este tipo, concentrados principalmente en grandes núcleos urbanos como Madrid y Barcelona, donde el volumen de tráfico en los cruces eleva el riesgo de accidentes. Con esta nueva señalización, se busca una mayor transparencia y un efecto preventivo en el comportamiento de los conductores.

¿Qué significa la señal S-991c y cómo funcionan los radares?

La nueva señal S-991c presenta un diseño claro y descriptivo: sobre un fondo blanco rectangular, se muestra un semáforo en rojo junto a varios vehículos y unas ondas que simbolizan la emisión de un radar. Su mensaje es inequívoco: el cruce está vigilado por un sistema electrónico que captura y sanciona a quienes no respeten la señal luminosa.

El funcionamiento de estos radares es preciso y automatizado. El sistema se compone de dos cámaras instaladas en un poste a unos 25 metros de la línea de detención del semáforo. Su operativa es la siguiente:

  • Una primera cámara fotografía al vehículo justo antes de que cruce la línea de parada con el semáforo ya en rojo.
  • Una segunda cámara toma otra imagen del vehículo cuando ya ha rebasado por completo la intersección, asegurando que la matrícula sea perfectamente visible.

Si ambas fotografías confirman que el vehículo ha cruzado con la luz en fase no permisiva, el sistema genera automáticamente la denuncia, que es remitida al titular del vehículo junto con las pruebas gráficas que acreditan la infracción.

Sanciones y la controversia de la luz ámbar

La infracción por saltarse un semáforo en rojo está tipificada como grave en la Ley de Tráfico. La sanción económica asciende a 200 euros y conlleva la pérdida de cuatro puntos del permiso de conducir. Es una de las multas que no contempla la posibilidad de reducción por pronto pago en lo que respecta a la detracción de puntos.

Una duda frecuente entre los conductores es qué ocurre con la luz ámbar. La normativa establece que esta fase es de precaución y obliga a detenerse como si de la luz roja se tratase, a menos que el vehículo se encuentre tan cerca del cruce que no pueda parar en condiciones de seguridad. Por tanto, cruzar en ámbar no es sancionable por el sistema 'foto-rojo', aunque un agente de tráfico podría multar la maniobra si considera que se ha realizado de forma temeraria o negligente, como acelerar bruscamente para evitar la fase roja.

¿Es posible recurrir estas multas?

A pesar de la automatización del sistema, la implantación de estos radares no ha estado exenta de polémica. Diversas asociaciones de automovilistas, como la Asociación Española de Automovilistas (AEA), han cuestionado la validez de algunas de estas sanciones, argumentando que los dispositivos carecen de un control metrológico obligatorio y periódico, a diferencia de los radares de velocidad.

Esta falta de verificación técnica ha sido la base de numerosos recursos judiciales que han resultado en la anulación de multas. Además, se han registrado casos de errores técnicos, como fotografías con falta de nitidez, encuadres incorrectos o la imposibilidad de demostrar con certeza que el semáforo estaba en rojo en el momento exacto de la infracción. Por ello, los expertos recomiendan revisar detenidamente la notificación y las pruebas antes de proceder al pago de la sanción.

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