La Federación de Asociaciones de Propietarios Forestales de Castilla y León (FAFCYLE) reclama a la Junta un papel central en el diseño de la futura política forestal. Tras los devastadores incendios de este verano, el colectivo considera que las medidas anunciadas por el presidente Mañueco no son suficientes y exige una colaboración público-privada real para garantizar la prevención y la gestión de los montes.
En la Federación de Asociaciones de Propietarios Forestales de Castilla y León FAFCYLE han trasladado su preocupación ante las recientes medidas anunciadas por el presidente de la Junta, Alfonso Fernández Mañueco, para paliar los efectos de los incendios. “Lamentablemente, dichas medidas no incluyen ayudas específicas para los montes, a pesar de que representan una parte esencial del patrimonio que se está perdiendo”, expresan los afectados. Consideran que los bosques son infraestructuras verdes imprescindibles para la regulación del ciclo hidrológico, la fijación de carbono y la conservación de la biodiversidad.
Asimismo, el colectivo muestra su sorpresa por el hecho de que en las reuniones anunciadas por la Consejería de Agricultura y Ganadería únicamente se contemple la presencia de las Organizaciones Profesionales Agrarias (OPAs). Consideran esta exclusión “difícilmente justificable”, ya que, a su juicio, la gestión forestal y la recuperación de las zonas quemadas requieren un enfoque integral que debe implicar tanto a la Consejería de Medio Ambiente como a los representantes de los propietarios.
Para revertir esta situación y asegurar el futuro de las masas forestales, la organización reclama a la administración un compromiso firme con los propietarios privados. Sus peticiones se centran en cuatro puntos fundamentales:
Castilla y León cuenta con 4,8 millones de hectáreas forestales, la mayor superficie de España. De ellas, más del 45% es de titularidad privada y otro 18% es de titularidad pública pero de gestión privada. En total, esto equivale a 3,02 millones de hectáreas, un 62,53% de la superficie forestal de la comunidad autónoma.
Según FAFCYLE, buena parte de estas superficies están fragmentadas en pequeñas propiedades, montes de socios o comunidades vecinales, lo que hace imprescindible un mayor apoyo técnico, jurídico y económico por parte de la administración. “Los montes gestionados son montes más seguros. La prevención no es un gasto, sino una inversión en seguridad, desarrollo rural y conservación del patrimonio natural”, concluye el presidente de la federación.