Calor en verano

Hace pocos días, durante una conversación con amigos y agobiados por las altas temperaturas que tuvimos algunos días de julio, para explicárnoslo, nos dio por preguntar a la inteligencia artificial por la diferencia de temperaturas entre verano e invierno en la provincia de Soria. Rauda y veloz, la aplicación respondió que la provincia de Soria experimenta un clima continental con inviernos fríos y veranos cálidos. La diferencia de temperatura entre las dos estaciones de verano e invierno es significativa.

Especifica que “las temperaturas medias en Soria durante el verano son de 26-20,6 °C, con máximas que pueden alcanzar los 27,8 °C y mínimas de 13,5 °C; y que en invierno, de diciembre a febrero, la temperatura media es de 2,6 °C con máximas que pueden alcanzar los 2,8ºC y mínimas de -2,1 °C.”

También decía “que la diferencia de temperatura entre el verano y el invierno en Soria es de aproximadamente 18° y que esto se debe a la ubicación geográfica de la provincia, que está en el centro de la península Ibérica, lejos de la influencia moderadora del mar. Concluye que la temperatura de Soria varía significativamente a lo largo del año, donde los meses más cálidos son julio y agosto, mientras que los más fríos son enero y febrero.”

Después de leer estas consideraciones, llegamos a la conclusión de que la inteligencia artificial no visitaba mucho la provincia de Soria o que no se fija mucho. Sin embargo, ahora los pronósticos a 15 días de las predicciones meteorológicas suelen ser muy acertados y en distancias cortas infalibles. Para esas distancias cortas, somos muchos los que tenemos la aplicación de radar meteorológico en el móvil para prever dónde van a caer las tormentas, motivo de preocupación en nuestra tierra agrícola y ganadera donde un mal pedrisco o una lluvia a destiempo causa perdidas sustanciales.

Para períodos más prolongados en el tiempo, quizá los pronósticos que hacen las cabañuelas en base a la observación de la naturaleza y los fenómenos atmosféricos en determinados días del año, se pueden precisar algo más. Pero lo que es la I.A. venía a decir algo parecido a aquello que el Calendario Zaragozano hace años ya pronosticaba con eso de “frío en invierno y calor en verano”.

Puede que algunos de los que lean este artículo no sepan lo que es ese calendario, aunque seguro que en cualquier limpieza de desván o de cajones de cómoda vieja hayan tirado alguno a la basura. Pues bien, es una publicación que data de 1840 y que se sigue editando cada año en España, conteniendo entre otras cosas un calendario con los pronósticos del tiempo, el santoral completo, ferias y mercados de España, así como refranes y citas. Todo ello en su edición para el año 2025 por el precio de 3,30 €. Es casi un anacronismo en estos tiempos tan poco analógicos.

La versión para este 2025 no la he visto, pero recuerdo la primera que cayó en mis manos, una de 1967, y al margen de todas esas predicciones, refranes y ferias regados por santorales, también venían publicidades muy curiosas de gaseosas o chocolates, que en su ingenuidad parecían insuflar felicidad con tan solo consumirlos; y otras todavía más curiosas, como la de Polvos Pinós, un preparado para que los animales de las granjas que en aquel tiempo suponían el sustento de la mayor parte de las familias que habitaban nuestra Soria, prosperasen gordos y lustrosos para poder pagar los estudios de aquellos que ahora vuelven a los pueblos para darles vida en verano y, cómo no, también les preocupa que el tiempo sea bueno para poder disfrutar de un merecido descanso en la tierra que les vio nacer.

Así como el calendario sigue publicándose, los referidos polvos mágicos también, y son una suerte de complejo vitamínicos y de minerales que aporta suplemento alimenticio para ganado.

La verdad es que viendo los resultados que ya anunciaban en las publicaciones antiguas, me dan ganas de preguntarle a la inteligencia artificial qué tipo de medidas habría que tomar en nuestra provincia para aplicarle un complejo vitamínico que le ayudará a resurgir. Quizás nos dijera que lo que hace falta es una inyección económica en forma de financiación, para producir una transformación, tal y como el desespero de los granjeros tornaba en felicidad al ver prosperar su negocio. Aunque de felicidad vamos bien, pues como diría mi amigo Juan Luis, aquí estamos en un lugar tan privilegiado “que vivimos bien a la fuerza”.

Pero unas medidas correctoras para revertir la marcha de muchos sorianos en forma de ayudas al funcionamiento o al impulso estaría bien, pero eso me temo que está reservado para otros lugares con financiaciones más generosas… Así que, aquí, en esta provincia, aprovecharemos que hace frío en invierno y calor en verano para disfrutar de cada cosa a su tiempo.