La provincia de Soria, marcada por su pasado como frontera medieval en la línea del Duero, alberga más de un centenar de construcciones defensivas. Un recorrido por sus fortalezas más emblemáticas, como el castillo califal de Gormaz o el señorial de Berlanga de Duero, revela la riqueza histórica y patrimonial del territorio.
El paisaje soriano está salpicado de siluetas que evocan un pasado de batallas, reyes y leyendas. Las fortificaciones se erigen como testigos silenciosos de la importancia estratégica que tuvo este territorio, especialmente durante la Edad Media. Un recorrido por sus castillos más emblemáticos permite desvelar las claves de la historia de la provincia.
Durante siglos, la actual provincia de Soria fue un territorio de disputa, una frontera natural marcada por el río Duero que separaba los reinos cristianos del poder de Al-Ándalus. Esta condición de vanguardia bélica explica la extraordinaria densidad de construcciones defensivas que se conservan, desde imponentes fortalezas hasta torres vigía y atalayas que conformaban una compleja red de vigilancia y defensa.
Pero, ¿sabías que la provincia de Soria atesora más de un centenar de estas construcciones defensivas? Según los datos recopilados, el inventario incluye no solo castillos, sino también casas fuertes, iglesias fortificadas y atalayas que jugaron un papel crucial en la organización del territorio . Cada piedra de estas edificaciones narra un fragmento de la historia de España.
Aunque muchos se encuentran en estado de ruina consolidada, un buen número de ellos han sido restaurados y permiten al visitante sumergirse en una época de luchas y conquistas. A continuación, se destacan algunas de las fortalezas más importantes que no se pueden pasar por alto en una visita a la provincia.
Desde la imponente mole califal de Gormaz hasta las elegantes torres señoriales, cada castillo soriano tiene una identidad propia que refleja el periodo y la función para la que fue concebido.
Considerado la fortaleza califal más grande de Europa, el castillo de Gormaz es una visita obligada. Construido en el siglo X durante el Califato de Córdoba, su estratégica ubicación le permitía dominar el paso del río Duero y controlar el acceso hacia el norte. Sus murallas y sus puertas monumentales son un testimonio excepcional de la arquitectura militar andalusí en la península.
Esta fortaleza es un auténtico compendio de historia militar, ya que en su conjunto se superponen elementos de distintas épocas. Sobre un cerro se aprecian los restos de una muralla del siglo XII, un castillo señorial del siglo XV perteneciente a la familia Tovar y una imponente fortaleza militar de estilo renacentista del siglo XVI. Su papel en la defensa de la línea del Duero fue fundamental durante la Edad Media.
Encaramado sobre la villa medieval y el llamado 'Valle de la Sangre', el castillo de Calatañazor es una fortaleza inseparable de la leyenda. La tradición sitúa en sus inmediaciones la famosa batalla del año 1002 donde, según el dicho popular, "En Calatañazor, Almanzor perdió el tambor", marcando la primera gran derrota del caudillo andalusí. Su imponente torre del homenaje y los restos de su recinto amurallado siguen evocando su pasado estratégico. Su silueta se integra en uno de los conjuntos histórico-artísticos mejor conservados de la provincia, ofreciendo una estampa icónica del medievo soriano.
En Almenar de Soria se encuentra uno de los castillos mejor conservados de la provincia. Con orígenes en el siglo X y ampliaciones posteriores en los siglos XV y XVI, esta fortaleza palaciega tuvo el honor de servir como residencia a monarcas como Carlos II y Felipe V. Además, su atmósfera romántica sirvió de inspiración al poeta Gustavo Adolfo Bécquer para algunas de sus célebres "Leyendas".
Datada en el siglo XII, esta fortaleza medieval tuvo una gran relevancia durante los enfrentamientos de los Reyes Católicos. Su estructura se caracteriza por un doble recinto amurallado con una robusta torre del homenaje. En su interior aún se pueden apreciar los restos de aljibes y salas, todo ello protegido por un foso artificial que evidencia su carácter defensivo.
Situado en un enclave privilegiado, a la entrada del Cañón del Río Lobos, el castillo de Ucero está históricamente ligado a la Orden del Temple. Aunque su estado de conservación es parcial, su torre del homenaje y los lienzos de muralla que se mantienen en pie permiten imaginar la importancia que tuvo esta construcción datada entre los siglos XII y XIII.
Construido con la técnica del tapial entre finales del siglo XIV y principios del XV, este castillo fue la residencia de los señores de Yanguas y Cameros Viejos. Su planta cuadrangular está flanqueada por cuatro torreones, uno de los cuales, de mayor tamaño, cumple la función de torre del homenaje, dominando uno de los pueblos más bonitos de España.
Conocido también como el castillo de los Padilla, esta fortaleza se alza en un cerro estratégico que vigila el paso natural entre la meseta y la cuenca del Ebro. Formaba parte de la línea defensiva del río Jalón y su silueta, aunque en ruinas, sigue siendo una de las imágenes más representativas de las fortalezas de la provincia.
Estos castillos son mucho más que meras construcciones militares del pasado. Representan un valioso patrimonio cultural e histórico que define la identidad de la provincia de Soria. Su visita no solo ofrece una lección de historia y arquitectura, sino que también se convierte en una oportunidad para descubrir los paisajes y pueblos que crecieron a su sombra, manteniendo vivo el legado de una tierra de frontera.
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