Del anonimato del fútbol local a compartir vestuario con estrellas y jugar ante multitudes. Es la historia de Jero Martín, que ha encontrado en la Kings League su propio lugar en el fútbol del futuro.
Jero Martín no empezó en academias de élite ni en clubes con vitrinas llenas de trofeos. Su historia nace entre tierra y frío, en los campos humildes de Vilviestre del Pinar (Burgos) y en equipos sorianos como el Numancia juvenil, el CD San José o el Norma de San Leonardo. Era el fútbol del esfuerzo silencioso, de las gradas medio vacías y los domingos con sabor a barro. Hoy, sin embargo, forma parte de una revolución que está redefiniendo el deporte rey: la Kings League.
Impulsada por Gerard Piqué, esta liga mezcla fútbol con espectáculo digital. Son reglas nuevas, campos pequeños, partidos de ritmo vertiginoso y millones de visualizaciones en Twitch y TikTok. Jero, que actualmente milita en Saiyans FC (el equipo del streamer Grefg), ha vivido esa transformación en carne propia. “Al principio, fue un choque total. Pasas de jugar para 500 personas a tener 70.000 en las gradas en México. Es una locura”, confiesa.
El impacto ha sido doble. Por un lado, la exposición masiva; por otro, compartir vestuario con jugadores que solo había visto por televisión. “Lo más fuerte es coincidir con gente como Pablo Hernández o Augusto Fernández. Este último nos contaba cómo era una final del Mundial, cómo hablaba Messi…, y tú estás ahí, escuchando, pensando que esto no es real”, apunta.
Lejos de sentirse fuera de lugar, Jero ha encontrado en este nuevo fútbol un terreno fértil para su estilo. “A mí, la Kings me va perfecta. Es más parecida al fútbol sala que al once. El campo pequeño, las decisiones rápidas… Aquí no hay tiempo ni para pensar”, subraya. Tanto es así, que se atreve a decir: “Me divierto más jugando aquí que en un partido tradicional. Es más corto, más intenso, más adrenalina”.
Eso sí, el cambio también es físico. “La preparación es distinta. Ahora mismo no creo que pudiera jugar un partido de 90 minutos. La exigencia aquí va por otro lado”. Pero, explica que el éxito no depende de venir de grandes ligas. “Hay gente de Primera RFEF que no rinde y otros de regional que brillan. No es el nivel, es el perfil: jugadores ágiles, rápidos, que piensan en segundos. Eso marca la diferencia”.
Recuerda con cariño su etapa en Soria, y no duda en mencionar a ex-compañeros que podrían encajar en este nuevo formato. “Jesús Vargas, por ejemplo. Un tío rápido, técnico, que lo disfrutaría mucho. También Enrique Cerezo, de Salas. Hay talento en todas partes, solo hace falta el escenario adecuado”, recuerda.
Su entrada en la Kings fue fruto de la insistencia. Se presentó al primer draft, con 20.000 inscritos para 200 plazas, y no fue elegido. En el segundo intento, lo logró. “Fue un poco de rebote. Yo ya estaba a punto de mudarme a Castellón por trabajo. Vi el anuncio, me apunté y mira dónde estoy ahora”, recalca. Al principio, en su entorno no se lo tomaban muy enserio. “Era un poco cachondeo. Pero luego vinieron a verme, y ahora están enganchados. Les encanta”, reconoce.
Actualmente vive en Barcelona, en la residencia del equipo, con compañeros y staff. Destaca la implicación de Grefg, su presidente, aunque no sea un fanático del fútbol clásico: “Está al 100%. Tenemos casa, centro de entrenamiento… Nos cuidan muchísimo. Es un proyecto serio, con mucho potencial”. No todos los presidentes pueden tener esa cercanía, como Iker Casillas o el Kun Agüero, pero el compromiso general es evidente.
Aunque ya se ha adaptado al césped artificial negro de la Kings League, reconoce que extraña algo del pasado. “Echo de menos el olor a barro, poder tirarte al césped natural. Es otra sensación”, dice.
Si pudiera llevar la Kings a su tierra, no duda. La llevaría a Los Pajaritos. “Siempre soñé con jugar allí, y creo que la gente de la zona disfrutaría mucho viendo esto en directo”, considera. Aunque en España la audiencia inicial se ha estabilizado, Jero ve claro el futuro. Considera que “ahora se están centrando en crecer fuera. En Brasil es una locura. Tienen cifras que España solo tuvo al principio”. Y aunque el debate está sobre la mesa, Jero lo tiene claro: “La Kings League no va a sustituir al fútbol tradicional. Es otro deporte. Una alternativa, sobre todo para los jóvenes. Hoy los chavales no se tragan un partido de 90 minutos, pero sí te ven uno de la Kings mientras tienen el móvil o la tablet delante”.
La adaptación no fue fácil. “Llegas sin conocer las normas, con cámaras por todos lados y redes sociales que explotan a notificaciones. Te asusta. Pero luego aprendes a disfrutarlo. Sales al campo a pasártelo bien, y eso es lo que cuenta”, explica. “Si te gusta el fútbol pero quieres probar algo distinto, anímate. Aquí hay sitio para todos, se viven experiencias increíbles. La Kings está creciendo y lo mejor aún está por llegar”, dice.
Jero Martín, del barro a los focos, es ya parte de un fenómeno que ha cambiado las reglas del fútbol para siempre.