El Otoño Musical Soriano ha reunido, al abrigo de las pinturas rupestres del monte sagrado, a decenas de personas que se han dejado atrapar por la forma de entender el mundo del conjunto. Creatividad, reciclaje y mucho ritmo para iniciar un ciclo de conciertos que darán mucho que hablar.
El eco de la percusión resuena entre las rocas milenarias del monte Valonsadero. No es un sonido convencional, sino un ritmo vibrante y complejo que nace de lo inesperado: bidones, tuberías, cubos y todo tipo de objetos desechados. El grupo Toom Pak ha sido el protagonista del ‘Valonsadero Suena’, una de las citas más singulares del Festival Otoño Musical Soriano. Ellos han demostrado que la basura, en las manos adecuadas, puede transformarse en un espectáculo de primer nivel.
La propuesta de Toom Pak va mucho más allá de la simple ejecución musical. Es una declaración de intenciones, una reflexión sonora sobre la sociedad de consumo y una lección magistral de creatividad. Su filosofía se basa en rescatar lo que otros consideran inútil para darle una nueva vida a través del arte. Este domingo, en un entorno natural cargado de historia, han ofrecido una pequeña muestra de lo que desplegarán en Soria durante los próximos días, un aperitivo de su potente directo que combina energía, humor y técnica.
El conjunto ha encontrado en el reciclaje no solo una fuente inagotable de material sonoro, sino también un potente mensaje que cala en públicos de todas las edades. Su visita a Soria se enmarca en una triple cita que incluye tanto funciones didácticas para escolares como un espectáculo para el público general, consolidando su compromiso con la divulgación y el entretenimiento.
Para los miembros de Toom Pak, cualquier objeto es susceptible de convertirse en un instrumento. Su trabajo es un proceso creativo constante que desafía la percepción habitual de los residuos. "La gente descubrirá que se le puede sacar mucho partido a lo que normalmente se desecha por inservible", ha explicado Santiago, uno de sus integrantes.
Esta visión conecta directamente con una de las problemáticas más acuciantes del mundo moderno: la gestión de la basura. En lugar de verla como un final, Toom Pak la concibe como un principio. Su espectáculo es un ejemplo práctico y vibrante de economía circular aplicada al arte, donde la creatividad es el motor que transforma un problema en una solución estética y rítmica. Cada golpe sobre un bidón o cada roce en un tubo de PVC es un recordatorio de que el valor de las cosas reside, a menudo, en la imaginación.
El escenario elegido para esta presentación, el monte Valonsadero, no es casual. Las formaciones rocosas, con sus pinturas rupestres, han servido de caja de resonancia natural y de telón de fondo para un concepto que, según el grupo, "no es tan moderno como parece". Han establecido un paralelismo entre su labor y la de los antiguos pobladores de esas cuevas. “Al final, lo que hacía esta gente y lo que hacemos nosotros es el mismo proceso: servirte de lo que tienes en tu entorno”, ha argumentado Felipe, otro de los integrantes de Toom Pak.
Actuar al aire libre siempre presenta desafíos acústicos, pero la experiencia en Valonsadero ha tenido un valor añadido. Aunque reconocen que “desde un punto de vista musical, quizá pierde” en comparación con la acústica controlada de un teatro, la ganancia ha sido innegable en otros aspectos. “Desde un punto de vista experiencial, te da otras cosas que son muy interesantes”, han afirmado, destacando el eco natural del lugar y la conexión única que se establece con el entorno.
El mensaje de Toom Pak también es una crítica sutil a la cultura de la inmediatez y el consumismo. Han utilizado una metáfora muy gráfica para ilustrarlo: la del niño que recibe un juguete caro y prefiere jugar con la caja. La satisfacción de crear algo propio, por humilde que sea, genera un vínculo mucho más duradero que el placer efímero de poseer un objeto comprado. “Cuando te creas, por ejemplo, una maceta de barro, pasas años enseñando y mostrando que tú has hecho esa maceta. Y eso debería apreciarse”, ha reflexionado Jon, el tercer miembro del conjunto.
Esta idea es el núcleo de su propuesta: romper con la dinámica de “comprar, usar y tirar” para fomentar la creatividad y la reutilización. A veces, su influencia es tan directa que los padres les comentan con humor que tienen que “aguantar” a sus hijos en la cocina después de un concierto, experimentando con ollas y sartenes. Lejos de ser una molestia, para el grupo es la prueba de que su mensaje ha llegado. Incluso han desarrollado números de percusión corporal, demostrando que ni siquiera los objetos son necesarios para hacer música, reforzando la idea de que se puede crear belleza con muy poco.
Tras esta impactante presentación en Valonsadero, Toom Pak tiene una intensa agenda en Soria. Su propuesta se dividirá en dos formatos distintos, ambos en el Palacio de la Audiencia:
23 y 24 de octubre: Funciones escolares con su espectáculo didáctico ‘Recycle School’. El lunes 23 estará dirigido a alumnos de segundo y sexto de Primaria, mientras que el martes 24 será el turno de los estudiantes de Secundaria.
25 de octubre: Gran espectáculo ‘Reciclar 2.0’ para el público general. Una función más elaborada y pensada para un público más adulto, aunque, como ellos mismos han señalado, “también pueden venir los niños, que se lo van a pasar muy bien”.