Miguel Remiro destacó por una faena sólida y profesional que le hizo merecedor de dos orejas y el rabo.
La plaza de toros más antigua de la provincia, conocida como la del Corredero y ubicada en Deza, volvió a llenarse este sábado de historia gracias a una novillada sin picadores enmarcada dentro de las celebraciones en honor al Santísimo Cristo del Consuelo.
Los protagonistas de la tarde, con permiso de un sol de justicia, fueron Juanmi Vidal, Miguel Remiro y el soriano David Espejón, que debutó el pasado Viernes de Toros. Hay que destacar la faena del segundo, sólida y profesional. Se llevó dos orejas y el rabo, además del respeto del personal presente. El de Soria dejó destellos de lo que es capaz, pero se le resistió la muerte y se quedó con ganas de más.
Así, en Deza hay festejos taurinos desde hace siglos. La plaza de toros está excavada a pico y rodeada de paredes naturales con restos de túnel, en forma de herradura. La visita siempre es especial porque en su interior se respiran los festejos taurinos como se hacía hace años, sin artificios y prácticamente de tú a tú.