Un informe de la Fundación CYD revela la doble realidad del sistema universitario regional: es un polo de atracción para estudiantes de fuera de la Comunidad y sus egresados perciben salarios elevados, pero afronta desafíos como una baja ocupación de plazas en grados y una menor especialización en carreras de ciencias e ingeniería en comparación con la media nacional.
Un nuevo análisis de la Fundación CYD dibuja un panorama de contrastes para el sistema universitario presencial de Castilla y León. La región se consolida como un importante polo de atracción para estudiantes de otras comunidades y del extranjero, y sus titulados se sitúan entre los que perciben salarios más altos de España. Sin embargo, el sistema afronta retos significativos, como una de las tasas más bajas de ocupación de plazas en los estudios de grado y una menor proporción de alumnos en carreras científicas y técnicas.
Estos datos se desprenden de la publicación 'Las universidades españolas. Una perspectiva autonómica. 2025', que sitúa al sistema universitario de la comunidad como el quinto más grande del conjunto nacional en volumen de matriculados, titulados y profesorado. Además, entre los cursos 2018-2019 y 2022-2023, Castilla y León experimentó el tercer mayor crecimiento de matriculados del país, con un aumento del 9,3%.
La consejera de Educación de la Junta de Castilla y León, María del Rocío Lucas Navas, ha valorado el informe como una herramienta clave. Según sus declaraciones, "los datos recogidos nos ofrecen la oportunidad de imaginar, diseñar y construir un futuro en el que nuestras universidades continúen formando a los líderes del mañana", analizando tanto los puntos fuertes como los desafíos a superar.
Uno de los aspectos más destacados del informe es la elevada capacidad de atracción de las universidades castellanoleonesas. La comunidad es la segunda región, solo por detrás de Navarra, con mayor proporción de alumnado internacional, que representa un 14,4% del total. Esta tendencia se confirma con la movilidad nacional: el 37% de los estudiantes de grado y un notable 54,3% de los de máster tienen su residencia habitual fuera de Castilla y León.
Este alumnado también demuestra un alto rendimiento académico. El 47,2% de los estudiantes que iniciaron un grado de cuatro años en el curso 2019-2020 lograron titularse en el tiempo previsto, lo que supone el cuarto mejor porcentaje de España. La cifra es aún más positiva en los másteres, donde el 84,2% de los alumnos egresaron en el plazo establecido, la segunda tasa más alta del país.
La otra cara de la moneda es la baja ocupación de las plazas ofertadas en las universidades públicas. Según el informe, en el curso 2023-2024, 20 de cada 100 plazas de grado quedaron sin cubrir por alumnos de nuevo ingreso, lo que representa la segunda tasa de ocupación más reducida de España. Este dato contrasta con el crecimiento general de matriculados en los últimos años.
Paralelamente, el sistema universitario de la región muestra una menor especialización en las llamadas disciplinas STEM (Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas). Los ámbitos con más matriculados son Negocios, administración y derecho (24,8%) y Salud (15,6%), mientras que Ingeniería, industria y construcción solo agrupa al 8,7% de los estudiantes, frente al 14,4% de la media nacional. Como consecuencia, el porcentaje de titulados en áreas STEM en la comunidad (15,1%) es inferior al promedio español (21,1%).
En el ámbito laboral, los titulados en las universidades de Castilla y León obtienen buenos resultados económicos. Quienes finalizaron su grado en el curso 2018-2019 y trabajaban a tiempo completo cuatro años después, en 2023, tenían una base de cotización media anual de 30.822 euros, la quinta más elevada de España. La cifra asciende a 36.008 euros para los titulados de máster, la segunda más alta del país.
Sin embargo, el informe de la Fundación CYD también pone de manifiesto una persistente brecha salarial de género. Las mujeres tituladas en grado cobran, de media, un 7,6% menos que sus compañeros varones, una diferencia superior a la media española (6,7%). Esta desigualdad se extiende a las condiciones laborales, ya que las mujeres acceden en menor proporción a contratos indefinidos (63% frente al 74,9% de los hombres) y a jornadas a tiempo completo (73,6% frente al 85,6%).
El análisis también aborda otros aspectos del sistema universitario, destacando varios puntos clave: