Aunque la entidad no disputa los datos, argumenta que la población de estas aves está en crecimiento y que la caza supone una fuente de alimento clave, acusando al estudio de centrarse en "demonizar el plomo" en lugar de en la conservación real de la especie.
La Real Federación Española de Caza (RFEC) ha respondido con contundencia a un reciente estudio del Instituto de Investigación en Recursos Cinegéticos (IREC) sobre la ingesta de plomo en buitres leonados en la provincia de Soria. A través de un comunicado firmado por su presidente, Josep Escandell Martínez, la federación, si bien no cuestiona los datos del informe, rechaza de plano la conclusión de que este hecho suponga una amenaza para la especie. Como principal argumento, esgrimen que las poblaciones de estas rapaces no solo no disminuyen, sino que experimentan un crecimiento sostenido. El estudio del IREC, llevado a cabo en Soria, analizó 673 egagrópilas y concluyó que los buitres leonados ingieren fragmentos de plomo procedentes de la caza. Según los datos publicados, hasta un 11% de las muestras contenía restos de munición, y un 3,7% de los buitres se alimenta de esta carne de caza con regularidad, lo que explicaría los altos niveles de plomo en sangre detectados en estas aves en investigaciones anteriores. Sin embargo, para la RFEC el problema no reside en los datos, que califican de "sólidos", sino en la que consideran una "sesgada conclusión": que este hecho comprometa la supervivencia y resulte una “amenaza muy relevante” para la conservación de la rapaz. La federación cinegética considera que la interpretación de los investigadores se centra en una campaña contra el uso del plomo en la munición, más que en el estado real de las poblaciones de buitres.
Desde la entidad cinegética se preguntan por qué, si el plomo es tan perjudicial, las poblaciones de buitres en España continúan expandiéndose. Para sustentar su postura, aportan datos demográficos que, a su juicio, contradicen la idea de una amenaza existencial. Subrayan que España concentra más del 90% de todos los buitres leonados europeos, lo que indica unas condiciones ecológicas favorables que incluyen la actividad cinegética. En el comunicado se detallan cifras concretas que reflejan esta tendencia positiva:
Otro de los puntos clave en la argumentación de la federación es el papel de la caza como recurso alimenticio para las aves necrófagas, especialmente en un contexto de declive de la ganadería extensiva. Según los datos que aportan, las cabezas de ovino en Soria se han desplomado un 47% en los últimos 13 años, pasando de 267.437 en 2010 a 141.564 en 2023. En este escenario, la RFEC sostiene que la caza "viene a suplir la carencia" y proporciona recursos abundantes que de otro modo no existirían. Llegan a proponer que, con los mismos datos del estudio, se podría haber titulado el artículo científico de forma opuesta: “La población de buitres mantiene su evolución demográfica gracias a la caza”, sin que, en su opinión, perdiese validez.
Finalmente, la federación acusa a los autores del estudio de no buscar un equilibrio entre caza y conservación, sino de "demonizar el metal" aprovechando el debate actual en Europa sobre la munición de plomo. Afirman que el informe no demuestra perjuicios directos en la salud de las aves, como daños en sus sistemas o un descenso reproductor, que puedan mermar las colonias. El presidente de la RFEC, Josep Escandell Martínez, concluye su escrito reconociendo la toxicidad del plomo, pero insta a "dejar de señalar un problema conocido" y a trabajar en encontrar alternativas viables técnica y económicamente para la munición, tal y como se hizo en el pasado con las redes de agua potable.