Se ha procedido a la inmovilización de la granja y se han establecido zonas de restricción para evitar la propagación.
La Junta de Castilla y León ha confirmado este viernes 19 de septiembre la detección de un foco de Influenza Aviar de Alta Patogenicidad (IAAP), del subtipo H5N1, en una importante explotación de gallinas ponedoras situada en la localidad de Olmedo, en Valladolid. Las autoridades sanitarias ya han activado el protocolo de contención, que incluye la inmovilización de las instalaciones y el establecimiento de un perímetro de seguridad para minimizar el riesgo de propagación de la enfermedad.
La confirmación oficial ha llegado este viernes, 19 de septiembre, por parte del Laboratorio Central de Veterinaria de Algete, que funciona como centro de referencia nacional para este tipo de análisis. Según informan desde la Consejería de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Rural, se trata del primer foco detectado en aves domésticas en Castilla y León durante el presente año, aunque es el sexto a nivel nacional.
La voz de alarma saltó el pasado 17 de septiembre, cuando la propia explotación, que cuenta con un censo aproximado de 760.000 aves, comunicó a las autoridades un leve pero anómalo incremento de la mortalidad en sus animales. De forma inmediata, los Servicios Veterinarios Oficiales de la Junta procedieron a la inmovilización preventiva de la granja y a la toma de muestras que finalmente han confirmado la presencia del virus.
De acuerdo con la normativa europea, la declaración del foco ha supuesto la puesta en marcha de una serie de medidas drásticas para controlar el brote. La más inmediata es el sacrificio y destrucción de todas las aves de la explotación afectada, así como las posteriores tareas de limpieza y desinfección exhaustiva de las instalaciones para garantizar la eliminación completa del virus.
Paralelamente, se ha iniciado una encuesta epidemiológica con el objetivo de determinar el posible origen del foco y evaluar si ha podido extenderse a otras explotaciones de la zona. Estas investigaciones son cruciales para trazar la ruta del virus y prevenir futuros contagios.
Para evitar la propagación de la enfermedad, la Junta de Castilla y León ha delimitado una zona de restricción alrededor de la explotación afectada. Esta área se divide en dos perímetros con diferentes niveles de control:
Dentro de estas áreas se aplicarán medidas específicas de control de movimiento de aves y vehículos, así como una intensificación de la vigilancia en otras explotaciones avícolas.
Desde las consejerías de Agricultura y Sanidad se insiste en que esta situación no supone un riesgo para la salud pública de la población general. El riesgo para los trabajadores que han estado en contacto directo con las aves se considera bajo y se reitera que no existe ningún peligro asociado al consumo de carne de ave o huevos cocinados.
No obstante, las autoridades recomiendan a la ciudadanía minimizar el contacto innecesario con aves que muestren síntomas clínicos o que se encuentren muertas en el campo. Asimismo, se hace un llamamiento a todas las explotaciones avícolas para que refuercen las medidas de bioseguridad, evitando el contacto directo o indirecto con aves silvestres, y notifiquen de inmediato a los Servicios Veterinarios Oficiales cualquier sospecha de enfermedad.