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NOTICIAS DE EL BURGO DE OSMA
Actualizado 26/09/2025 09:09:00
Pedro Calavia

El Regimiento de Caballería España 11 finaliza una semana de maniobras en la provincia de Soria con una jornada de puertas abiertas en la Villa Episcopal. Cientos de personas, especialmente escolares, han conocido de cerca el material y los vehículos de la unidad, como el blindado 'Centauro', en un encuentro que ha fortalecido los lazos entre el Ejército y el vecindario


El Regimiento de Caballería España 11 culminaba este jueves una semana de maniobras en la provincia de Soria con una multitudinaria jornada de puertas abiertas en la villa burgense. Centenares de personas, especialmente escolares, han podido conocer de cerca los vehículos y el material de la unidad, en un encuentro que ha fortalecido los lazos entre el Ejército y la ciudadanía.

Una cita que ha tenido lugar en el Centro juvenil polivalente. Los exteriores se han convertido en un pequeño cuartel militar donde los protagonistas no han sido solo los imponentes vehículos blindados, sino también la curiosidad de centenares de vecinos, familias y, sobre todo, niños que no han querido perderse la oportunidad de ver de cerca el material del Ejército de Tierra. Esta jornada de puertas abiertas ha servido como cierre a una semana de ejercicios tácticos que el Grupo de Caballería Acorazado 'Numancia', perteneciente al Regimiento de Caballería España 11 con base en Zaragoza, ha desarrollado en diversas localidades sorianas.

Durante esta semana, un contingente de aproximadamente 150 militares se ha desplegado por el este provincial, estableciendo bases temporales en municipios como Langa de Duero, San Esteban de Gormaz, San Leonardo de Yagüe, Casarejos y, por supuesto, El Burgo de Osma. El objetivo ha sido, por un lado, llevar a cabo una instrucción vital para la preparación de la unidad y, por otro, acercar la labor de las Fuerzas Armadas a la población civil en un entorno diferente al de los campos de maniobras habituales.

Una semana de instrucción en terreno real

Al frente del escuadrón desplegado en la villa burgense se encuentra el capitán David Colmenarejo, quien ha explicado la naturaleza de estos ejercicios. "Durante esta semana hemos estado realizando son actividades de instrucción para nuestra preparación, para estar en disposición para futuros despliegues, en el caso de que fuera necesario", ha detallado. Lejos de ser una simple demostración, las maniobras han constituido un entrenamiento riguroso en un entorno que presenta desafíos únicos y mucho más realistas que un recinto militar controlado.

Para ello, la colaboración institucional ha sido fundamental. El oficial ha destacado que fue solicitada autorización previa a los municipos que han acogido el despliegue para poder emplear diversas instalaciones y terrenos. "Por suerte, los ayuntamientos siempre han colaborado en todo momento con nosotros, y gracias a eso nos ha permitido desarrollar esta semana de instrucción en población civil", ha señalado. Esta sinergia ha permitido a la unidad operar con eficacia, integrándose de manera respetuosa en el día a día de esta demarcación a caballo entre Pinares y la Ribera soriana

Reconocimiento, seguridad y combate: las claves de las maniobras

Las tácticas practicadas durante estos días se enmarcan en las misiones propias de una unidad de caballería. "Nuestros procedimientos se acotan en el ámbito del reconocimiento, la seguridad y el combate", ha afirmado el capitán. Durante jornadas que se han extendido tanto de día como de noche, los militares han ensayado una amplia variedad de supuestos tácticos. Entre ellos, "reconocimientos de itinerarios, de puntos, puentes, zonas, control de zonas determinadas, combates de encuentro, seguridad de fuerzas propias y seguridad de convoyes".

Para llevar a cabo estas complejas operaciones, el Grupo de Caballería ha movilizado un importante número de medios materiales, con una treintena de vehículos de distinto tipo. El despliegue ha permitido a los 37 hombres y mujeres del escuadrón que ha hecho parada en El Burgo de Osma, y al resto de sus compañeros en otras localidades, poner a prueba tanto su pericia individual como su capacidad de coordinación como unidad cohesionada.

El 'Centauro', un carro de combate sobre ruedas

La estrella indiscutible de la tarde en El Burgo ha sido el Vehículo de Reconocimiento y Combate de Caballería (VRC) 'Centauro'. Este blindado, de fabricación italiana, con sus ocho ruedas y su imponente cañón, ha acaparado todas las miradas. "El medio principal con el que el escuadrón acorazado opera es el vehículo de reconocimiento y combate de caballería Centauro. Se trata de un carro de combate sobre ruedas ligero", ha descrito el capitán Colmenarejo.

Sus capacidades lo convierten en una herramienta formidable. Equipado con un cañón de 105 milímetros y tres ametralladoras, su principal ventaja no es el blindaje, sino su agilidad. "Es un vehículo cuya mayor cualidad es la velocidad y agilidad de movimiento que tiene. Está pensado para desplazarse grandes distancias con gran rapidez, y a la vez dispone de una gran capacidad de fuego", ha añadido. Con una tripulación de cuatro personas (conductor, tirador, cargador y jefe), ocho ruedas en cuatro ejes, el vehículo puede transportar a otros cuatro efectivos -lo que mermaría el almacenaje de munición- siendo un útil de referencia para el Ejército de Tierra.

"Hemos estado muy bien acogidos en el pueblo"

Más allá del éxito operativo de las maniobras, el balance humano ha sido extraordinariamente positivo. La respuesta de la población burgense ha superado todas las expectativas, algo que el capitán ha querido agradecer expresamente. "Hemos estado muy bien acogidos en el pueblo", ha asegurado. "La relación ha sido muy buena, tanto con el Ayuntamiento como con las fuerzas y cuerpos de seguridad y la población civil. Hemos estado muy a gusto esta semana, la verdad".

Ese buen ambiente se ha palpado en la jornada de puertas abiertas, donde los soldados han explicado pacientemente las características del material y han ayudado a los más pequeños a subir a los vehículos, convirtiéndose en héroes por un día. Este contacto directo es, para el Ejército, una parte esencial de su misión. "Es una gran oportunidad para poder realizar una labor de instrucción fuera de terreno militar, que al final cambia mucho el ámbito de trabajo", ha sumado el capitán. "Y es importante también porque nos acerca a la población y nos permite el contacto con ellos". Una misión de doble filo, militar y social, que el Regimiento España 11 ha cumplido con sobresaliente en tierras sorianas.

El despliegue volverá mañana por la mañana a su base en tierras aragonesas, no sin antes visitar el yacimiento de Numancia, cumpliendo así con una vocación de resistencia, de servicio y de defensa de lo propio, valores, entre otros, que inspiran a las Fuerzas Armadas de España.

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