Con la llegada del frío es el momento perfecto para elaborar uno de los platos de la gastronomía local más sencillos, sabrosos y reconfortantes. Seguramente muchos ya conozcáis esta receta, pero para aquellos que quieren animarse a realizar esta elaboración por primera vez, en Soria Noticias te contamos cómo preparar la receta tradicional del campo soriano.
Llega el otoño y en Soria eso significa la llegada del frío, muy esperado por muchos, no tanto por otros cuantos. La bajada de temperaturas solo indica una cosa, que es hora de cambiar un poco los platos que hacemos y es el momento de pasar a esas elaboraciones algo más complejas, calóricas, pero deliciosas. Y, si hay uno que destaca y que gusta a todo el mundo son las migas del pastor, un plato humilde, que solía ser el desayuno de los pastores trashumantes, y que es toda una delicia que se ha mantenido en la cocina soriana durante generaciones. Además, es muy fácil de hacer, con ingredientes que todos podemos encontrar en casa y son perfectas para tener una excusa para juntarte con tu familia y/o amigos.
Lo primero que haremos será trocear el pan en migas pequeñas, para después humedecerlas con un poco de agua con sal. Y, las dejaremos reposar tapadas con un paño durante 1 o 2 horas.
Una vez haya transcurrido este tiempo, cogeremos una sartén grande (mejor si es de hierro), y freiremos los ajos enteros o laminados con un buen chorro de aceite. Ojo que no se quemen para evitar sabores amargos. Lo que buscaremos es que queden doraditos.
A continuación será el momento de añadirle todo el sabor a nuestro plato. Para ello echaremos en la sartén la panceta o chorizo troceado, o ambos, y lo freiremos también hasta que esté dorado.
Una vez tengamos nuestros ingredientes en el punto exacto, incorporaremos el pan migado, previamente escurrido. Pondremos el fuego medio-bajo y removeremos con movimientos envolventes.
Que no se nos olvide echar un toque de pimentón y algo de sal para corregir. Y, obviamente, seguir removiendo hasta que nuestras migas queden sueltas y doradas.
Y… ¡Listo! Ya solo quedar servirlas calientes y disfrutar.