Carlos Martínez, secretario general del PSOE de Castilla y León, ha denunciado desde Almazán el "ritmo cansino" de la Junta, señalando el retraso de casi 25 años en la reforma del Hospital Santa Bárbara de Soria como principal ejemplo. En su intervención, también ha calificado al PP nacional de "partido sin rumbo y sin alma" y ha criticado su gestión en materia de incendios, sanidad e inmigración.
El secretario general del PSOE de Castilla y León, Carlos Martínez, ha aprovechado su asistencia a la marcha contra el cáncer en Almazán para lanzar una dura ofensiva política contra la gestión de la Junta de Castilla y León y la deriva del Partido Popular a nivel nacional. En un discurso contundente, ha abordado desde los retrasos en la sanidad soriana hasta la política internacional, pasando por la gestión de los incendios forestales y la inmigración, dibujando un panorama crítico que, a su juicio, exige un cambio de rumbo urgente en la comunidad.
Martínez ha iniciado su intervención poniendo el foco en uno de los pilares del estado del bienestar: la sanidad. Tomando como punto de partida el evento solidario en la villa adnamantina, ha recordado las promesas incumplidas y los plazos eternos que han marcado las infraestructuras sanitarias en la provincia y en la región. El caso del Hospital Santa Bárbara de Soria ha sido el primer ejemplo de lo que ha calificado como una gestión negligente y exasperantemente lenta por parte del gobierno autonómico.
El líder socialista ha recordado que el plan funcional para la reforma integral del complejo hospitalario soriano data del año 2001, coincidiendo con las transferencias del antiguo INSALUD. "Estamos hablando de 25 años después, prácticamente, y estamos todavía finalizando una ejecución de obras paralizadas en su momento con la excusa de la crisis económica del año 2008", ha lamentado Martínez, subrayando la falta de capacidad de la Junta para retomar y concluir proyectos vitales para los ciudadanos.
La crítica de Carlos Martínez no se ha detenido en el hospital de la capital. Ha extendido su análisis al ámbito autonómico, recordando el compromiso adquirido en 2007 por el entonces presidente Juan Vicente Herrera, y ratificado posteriormente por Alfonso Fernández Mañueco, para instalar unidades de radioterapia en Soria, El Bierzo, Ávila, Palencia y Segovia. "Dieciocho años después, la radioterapia en Soria está comenzando ahora, y de forma experimental", ha denunciado, contrastando esta situación con la de otras provincias donde el servicio se presta de forma privada o gracias a fondos del Gobierno de España.
Para el secretario general del PSOECyl, esta situación evidencia que "no son los ritmos que necesita Castilla y León". Ha insistido en que una comunidad tan extensa requiere una apuesta decidida por garantizar la cobertura sanitaria universal, algo que choca frontalmente con el "permanente ritmo pausado y cansino del señor Fernández Mañueco". Este modo de gobernar, según Martínez, genera un profundo "desequilibrio asistencial" que perjudica a los ciudadanos y menoscaba uno de sus derechos más básicos.
El discurso de Martínez ha trascendido las fronteras autonómicas para analizar el papel del Partido Popular en el escenario nacional e internacional. Ha contrapuesto la postura del Gobierno de Pedro Sánchez en el conflicto de Gaza, que ha calificado de valiente defensa del multilateralismo y los derechos humanos, con la "indecente pasividad con que el Partido Popular está poniéndose de perfil". Ha criticado duramente que los populares no se posicionen claramente contra lo que ha definido como el "genocidio que está sufriendo el pueblo palestino".
En este sentido, ha descrito al principal partido de la oposición como una formación sin liderazgo claro. "Hoy por hoy, el Partido Popular es un partido sin rumbo y es un partido sin alma", ha sentenciado. Según su análisis, Alberto Núñez Feijóo es un "líder cuestionado y atenazado en tres bandas: por un lado las encuestas, por otro lado Vox, y por otro lado por su propio partido". Esta falta de dirección, ha añadido, le impide tener una voz propia en el ámbito internacional y le aísla en el arco parlamentario, donde su única alianza posible es la ultraderecha.
Martínez también ha abordado la reciente propuesta del PP para limitar las ayudas sociales a los inmigrantes, una idea que considera un plagio de los postulados de la extrema derecha. "El intentar plantear una vez más la inmigración como un problema para este país es volver a comprar los postulados de Vox", ha advertido. Ha asegurado que la ciudadanía, ante la disyuntiva, siempre preferirá el original a la copia, y ha instado al PP a regresar a una posición centrada y moderada.
Otro de los grandes ejes de su intervención ha sido la gestión de los incendios forestales, un problema que ha devastado miles de hectáreas en la comunidad. Martínez ha hablado de una "tormenta perfecta" alimentada por tres ingredientes clave: el cambio climático y los negacionistas al frente del gobierno autonómico, la despoblación que provoca el abandono de las masas forestales, y la "falta de empatía" del "dúo Mañueco-Quiñones".
Ha acusado a la Junta de "jugar a la ruleta rusa" con las provincias y de no haber escuchado las advertencias de los profesionales del sector, que llevaban meses denunciando que una catástrofe así iba a suceder. "Quien es parte fundamental del problema, no puede ser parte de la solución", ha afirmado, pidiendo un cambio de gobierno que luche de forma decidida contra la despoblación y el cambio climático.
Finalmente, al ser preguntado por la citación judicial de la esposa del presidente del Gobierno, Martínez ha expresado su "absoluta confianza en la justicia con mayúsculas", si bien ha matizado que es consciente de que existen "derivas excesivamente autoritarias" en algunos sectores. Ha sugerido que se busca una condena mediática a través del propio proceso judicial, afirmando que "el propio proceso sea la condena para el entorno del presidente". Ha concluido reflexionando sobre la vulnerabilidad de un ciudadano común ante situaciones similares, defendiendo que el prestigio de la justicia debe ser protegido, pero sin que esta quede exenta del escrutinio público.