PROVINCIA
Actualizado 06/10/2025 11:40:01

La Junta de Castilla y León concede el permioso para la instalación de una iniciativa promovida por la empresa Elyse Em-Numancia. La resolución, publicada hoy en el Bocyl, culmina un largo proceso administrativo y da un plazo de cinco años a la compañía para la puesta en marcha de una industria que producirá 50.000 toneladas anuales de este combustible sostenible.


La Junta de Castilla y León ha otorgado la autorización ambiental definitiva para la construcción y puesta en funcionamiento de la planta de producción de metanol renovable en el término municipal de Garray. La resolución, emitida por la Secretaría General de la Consejería de Medio Ambiente, Vivienda y Ordenación del Territorio el pasado 29 de septiembre, ha sido publicada este lunes 6 de octubre en el Boletín Oficial de Castilla y León (Bocyl), culminando así un proceso administrativo iniciado en febrero de 2024.

Este trámite representa uno de los pasos fundamentales para el proyecto industrial promovido por la empresa Elyse Em-Numancia, SL, que se ubicará en el Parque Empresarial del Medio Ambiente (PEMA). La autorización integra todas las prescripciones necesarias para prevenir y controlar la contaminación atmosférica, acústica, la gestión de residuos y la protección de suelos y aguas, estableciendo un marco regulatorio estricto para su funcionamiento.

A partir de esta publicación, la compañía dispone de un plazo máximo de cinco años para iniciar la actividad. El proyecto se basa en un modelo de economía circular y transición energética, ya que utilizará hidrógeno renovable y dióxido de carbono capturado de otras industrias para generar un combustible considerado clave en la descarbonización de sectores como el transporte marítimo o la industria química.

¿Cómo funcionará la planta de metanol renovable?

El proyecto se desarrollará en dos parcelas del PEMA que suman más de 60.000 metros cuadrados. El proceso productivo se fundamenta en dos tecnologías principales:

  • Producción de hidrógeno renovable: Mediante un proceso de electrólisis del agua, que consiste en separar las moléculas de hidrógeno y oxígeno utilizando electricidad. La autorización especifica que esta energía deberá ser de origen renovable, para lo cual la empresa suscribirá un contrato de suministro a largo plazo (PPA). La planta tendrá una potencia de electrólisis de 75 MW.
  • Captura de CO2: El dióxido de carbono, necesario para la síntesis del metanol, se capturará de los gases de combustión de dos plantas de biomasa aledañas, entre ellas la de Bioeléctrica de Garray. El gas resultante será purificado y transportado mediante una canalización subterránea hasta la nueva instalación.

Una vez obtenidos ambos componentes, se mezclarán en un reactor de síntesis para producir el metanol. La capacidad de producción anual de la planta está fijada en 50.000 toneladas de metanol, además de 10.000 toneladas de hidrógeno y 80.000 de oxígeno, que también podrán ser comercializados.

Un largo recorrido administrativo

La solicitud de autorización ambiental fue presentada por la promotora el 5 de febrero de 2024. A partir de entonces, el expediente ha superado varias fases, incluyendo el tiempo de información pública en julio de 2024 y la obtención de una Declaración de Impacto Ambiental favorable en mayo de 2025. Durante la tramitación, se solicitaron informes a diversos organismos como el Ayuntamiento de Garray, la Agencia de Protección Civil y los servicios territoriales de Medio Ambiente, Sanidad e Industria.

El documento publicado en el Bocyl detalla un exhaustivo condicionado ambiental que la empresa deberá cumplir, tanto en la fase de construcción como en la de explotación. Estas medidas abarcan desde la protección del patrimonio cultural y la fauna hasta el control de emisiones, ruidos, vertidos y la gestión de más de una decena de tipos de residuos peligrosos y no peligrosos.

Alegaciones y apoyos durante la tramitación

Durante el periodo de información pública, el proyecto recibió alegaciones por parte de la Asociación Soriana para la Defensa y Estudio de la Naturaleza (ASDEN)-Ecologistas en Acción. La organización ecologista cuestionó el calificativo de "verde" del proyecto, al que consideró una "estrategia publicitaria", y alertó sobre el impacto ambiental de la línea eléctrica subterránea necesaria para abastecer la planta, que afecta a zonas de la Red Natura 2000 y yacimientos arqueológicos.

En respuesta, la administración ha argumentado que el proyecto se ajusta a la normativa europea sobre combustibles renovables de origen no biológico (RFNBO) y que la Declaración de Impacto Ambiental ya incluye medidas correctoras para la línea eléctrica, como el control arqueológico de las obras. Por otro lado, la iniciativa ha contado con el respaldo explícito de entidades como la Cámara de Comercio de Soria y la Asociación Castellano Leonesa del Hidrógeno, que han destacado los beneficios socioeconómicos y su contribución a la descarbonización.

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