La osezna Alba ha sido liberada este sábado en la Cordillera Cantábrica tras un proceso de recuperación de seis meses. El ejemplar, rescatado en abril en Asturias, completó su aclimatación en un centro de la Junta en León, en una operación que ha contado con la colaboración de Cantabria y que consolida un programa de conservación que ya ha logrado que otra osa reintroducida se reproduzca en libertad.
La osezna Alba ya se encuentra en libertad en la Cordillera Cantábrica. El ejemplar ha sido reintroducido este sábado en su hábitat natural tras un exitoso proceso de recuperación y aclimatación de seis meses que ha implicado la colaboración de tres comunidades autónomas: Asturias, Cantabria y Castilla y León.
La liberación se ha desarrollado en una operación conjunta entre personal técnico, veterinarios y agentes medioambientales de la Junta de Castilla y León y del Principado de Asturias. Según ha informado el gobierno autonómico, el lugar escogido es una zona poco poblada y con abundancia de alimento, condiciones consideradas idóneas para garantizar su desarrollo y supervivencia en el medio natural.
El rescate de la osezna, bautizada como Alba, tuvo lugar el pasado mes de abril en el concejo asturiano de Teverga. Agentes del Medio Natural la encontraron sola y, tras un periodo de vigilancia, constataron que no era posible un reencuentro seguro con su madre. En aquel momento, el animal pesaba apenas 2,1 kilos y fue trasladado inicialmente al Centro de Recuperación de Fauna Silvestre de Villaescusa, en Cantabria.
Tres meses después, el 24 de julio, Alba llegó al recinto de aclimatación de osos pardos que la Junta de Castilla y León gestiona en el monte de Valsemana, en León. En estas instalaciones especializadas ha permanecido los últimos tres meses, donde ha aprendido a desarrollar sus instintos y capacidades de supervivencia, siempre bajo la discreta vigilancia de cámaras de seguimiento para minimizar el contacto humano.
Con este ejemplar, ya son seis los oseznos que han utilizado las instalaciones de Valsemana desde que fueron adecuadas en 2019 para albergar en semilibertad a crías de oso pardo en la fase previa a su liberación. Antes de Alba, pasaron por este centro Saba (2019), Éndriga (2020), Martín (2022), y las osezna y osezno Cova y Barniedo, ambos en 2024.
El programa de colaboración entre las comunidades cantábricas ha demostrado ser un éxito para la conservación de la especie. La Junta de Castilla y León ha destacado que durante 2024 se pudo confirmar la reproducción en libertad de la osa Saba, la primera en pasar por este proyecto. El hallazgo, ocurrido en la vertiente asturiana del Parque Nacional de los Picos de Europa, fortalece y valida la estrategia de recuperación de las poblaciones de oso pardo en la cordillera.