Una intervención preventiva supervisa los movimientos de tierra en un espacio de gran valor patrimonial de la villa adnamantina. El objetivo es documentar y proteger cualquier resto histórico que pueda surgir durante los trabajos de mejora del acceso al mirador de la Plaza Mayor.
La Comisión Territorial de Patrimonio Cultural ha dado su autorización para llevar a cabo un control arqueológico vinculado a las obras de adecuación del espacio situado entre la Muralla y la Iglesia de San Miguel. La actuación, promovida por el Ayuntamiento de Almazán, será dirigida por el gabinete especializado Arquetipo S.C.L.
Esta medida preventiva se considera fundamental debido al alto potencial estratigráfico de la zona, lo que significa que podría albergar restos de diferentes épocas históricas bajo la superficie actual. El área de intervención se encuentra dentro del entorno de protección de dos bienes declarados de Interés Cultural (BIC), lo que exige la máxima cautela en cualquier actuación.
Las obras previas contemplan el rebaje del terreno circundante. Esta acción tiene un doble propósito: por un lado, evitar las escorrentías de agua hacia los cimientos de la iglesia y, por otro, ampliar la superficie visible de la muralla, como paso previo a los trabajos de pavimentación y ajardinamiento del entorno.
El control arqueológico, dirigido por el gabinete Arquetipo S.C.L., consistirá en la vigilancia sistemática de todos los movimientos de tierra que se realicen bajo la cota cero. Cualquier evidencia o resto que aparezca será debidamente documentado y protegido, y los datos se actualizarán en el Plan de Actuaciones en el Patrimonio Cultural (PACU).
La autorización de la Comisión recuerda que se deben mantener una serie de prescripciones técnicas que ya fueron establecidas en el año 2022 para garantizar la correcta conservación de los monumentos. Estas condiciones siguen plenamente vigentes e incluyen: