La Comisión de Patrimonio Cultural da el visto bueno a una nueva fase en los trabajos de emergencia del templo. La intervención se amplía para consolidar cornisas y otros elementos de la fachada cuyo deterioro no estaba contemplado en la actuación inicial.
La Comisión Territorial de Patrimonio Cultural ha dado luz verde a la ampliación de las obras de emergencia que se están ejecutando en la torre de la catedral de El Burgo de Osma. Esta decisión, comunicada en la sesión de hoy, responde a la solicitud de la Subdirección General del Instituto de Patrimonio Cultural de España, entidad que promueve la intervención.
La necesidad de ampliar los trabajos surge tras detectar un deterioro e inestabilidad en cornisas y otras partes de la fachada que no se contemplaban en la actuación original, autorizada por este mismo órgano el pasado 18 de diciembre de 2024. El objetivo principal es garantizar la durabilidad, estabilidad y estanqueidad de estos elementos para prevenir futuros daños y asegurar la conservación del monumento.
La ampliación de la intervención se centrará en la consolidación y protección de las zonas más vulnerables de la torre. Los trabajos seguirán los mismos criterios técnicos que la obra ya en marcha, aplicando soluciones específicas según el daño detectado. Las principales actuaciones serán:
La autorización de la Comisión reitera las prescripciones que ya se establecieron en diciembre de 2024, asegurando que la calidad y el respeto al patrimonio se mantengan en esta nueva fase. Se subraya la obligación de emplear fijaciones y anclajes no oxidables para evitar la corrosión y el deterioro a largo plazo.
Asimismo, se insiste en que, una vez finalizados los trabajos de consolidación, se deberá realizar una limpieza y tratamiento final del cerramiento. De esta forma, se busca garantizar no solo la estabilidad estructural de la torre, sino también una correcta integración visual de las nuevas intervenciones en el conjunto monumental del conjunto catedralicio.