OPINIóN
Actualizado 31/10/2025 10:32:10
Patxi Irigoyen

La quinta columna de Patxi Irigoyen para Soria Noticias

“Y tú más”. La frase me recuerda a los juegos de calle, en el barrio (el mío de la calle Alberca) cuando nos enfrentábamos por cualquier circunstancia y parecíamos enemigos irreconciliables durante, al menos, veinte minutos…… incluso una tarde entera.

Pero al día siguiente bajábamos a jugar y todo se había olvidado. Es más, el de la discusión de ayer era uno de los mejores amigos, porque no se había olvidado de bajar el balón con el que hacer el partido, el bote para dar las patadas, o la caja de madera donde poner el “tiro” con las cuatro pinzas y las gomas de estirar que nos habíamos fabricado.

El caso es que, años después, vuelvo a vivir el “y tú más”, aunque esta vez entre gente más seria, más preparada, y sobre todo más importante que nosotros. O al menos, eso creía yo. Que lo eran. Que cuando llegan a las colectividades y exponen sus ideas y sus pretensiones, para mejorar la sociedad, eran serios. Creía en ellos, e incluso llegué a depositar mi confianza en ellos. Voté y voté una y otra vez en todas las convocatorias electorales porque llegué a creer que era posible conseguir mejorar una sociedad que me rodea y que empuja desde mil esquinas pero que podría enderezar la calle. Esa calle de la sinceridad, del comportamiento social, del humanismo y del sentido común. Pensé que era posible conseguir que nuestro comportamiento en las instituciones fuera a mejor, y que ello redundaría en que nuestras siguientes generaciones nos iban a enseñar a hacernos mejor en todos los sentidos. Y lo pensé de verdad. Incluso llegué a creérmelo.

Ahora, con el paso del tiempo, y viendo a nivel internacional o a nivel nacional, viendo a nivel autonómico e incluso algunas veces a nivel provincial o local, me doy cuenta de mi error. Confiar en la capacidad de diálogo de unos y otros me ha demostrado mi error. Si uno es corrupto en X, el otro es corrupto en Y. Si uno hace -o intenta- mil trampas para quitarse responsabilidad sobre determinados hechos, el otro sigue el mismo camino aún por distinta senda. Si uno gasta en estupideces, el otro se lleva la palma.

Y el problema, claramente, es sólo de ellos al principio. Con el paso del tiempo el problema se hace nuestro. Con estos aires, el viento viene con mal olor. En tertulias, en debates, en los medios de comunicación, y sobre todo en la calle y en los bares, el ambiente se vuelve terriblemente infecto. Hasta el punto de que, hablar de política con quienes te juntas, puede llegar a ser belicoso. Es lo que nos han hecho alcanzar. Una política de errores y de mamoneo, que sólo es la base de una política de guerra.

Etiquetas

Leer comentarios
  1. >SoriaNoticias
  2. >Opinión
  3. >Política de guerra