El Gobierno licitó en octubre la presa del río Mayor por 12,3 millones de euros. Mientras tanto, el municipio espera avances en carreteras y vivienda. Otros proyectos municipales esperan mejorar el día a día de vecinos y visitantes.
San Pedro Manrique se enfrenta a un futuro condicionado por tres grandes retos estructurales que marcan el día a día de sus vecinos y el porvenir de toda la comarca de Tierras Altas. Su alcalde, José Antonio Hernández, que tomó las riendas del Ayuntamiento el pasado 6 de junio, tiene un diagnóstico claro: sin agua, vivienda y carreteras, el desarrollo es "una quimera". En una entrevista con Soria Noticias, Hernández ha repasado la actualidad municipal, marcada por la eterna espera de la presa, la acuciante falta de vivienda y los proyectos locales que buscan impulsar la vida en el pueblo.
A pesar del poco tiempo transcurrido desde su llegada al cargo, el regidor se ha mostrado "contento por la forma de actuación y la forma de entrar". Los primeros meses han estado centrados en la gestión de un verano con "gran afluencia de población", organizando actividades culturales como el homenaje y centenario de Blas Taracena y una semana cultural que, en sus palabras, "ha resultado más que satisfactoria".
A mediados del pasado octubre, llegaba la mejor de las noticias para San Pedro Manrique y su comarca: la esperada licitación de la presa del río Mayor que parece que, por fin, acaba con el bloqueo de una obra que llevan esperando en Tierras Altas más de un cuarto de siglo. Y es que la presa, enmarcada en el Programa de Medidas del Plan Hidrológico de la Demarcación Hidrográfica del Ebro en 1999, se adjudicó por primera vez en julio de 2017 por 3,7 millones de euros. En noviembre de 2018, se pararon los trabajos y se inició una batalla legal entre la UTE adjudicataria y el Ministerio. Un litigio que desembocó en una rescisión del contrato en verano de 2024.
En esta segunda licitación cuenta con un presupuesto de 12,3 millones de euros (más del doble que cuando el MITECO aprobó el proyecto, en agosto de este año por 6,1 M€). El plazo de ejecución es de 25 meses y se trata de una infraestructura declarada de interés general del Estado.
La presa del río Mayor permitirá abastecer con aguas del propio río, eliminando el bombeo y asegurando el suministro por gravedad, de forma más sostenible, eficiente y segura. José Antonio Hernández ve, después de esta licitación, el futuro con otros ojos. Confía en que la infraestructura acabe con "un problema que frenaba el desarrollo del municipio", pues "su bloqueo ha supuesto el bloqueo de toda la comarca durante 7 años".
Eso sí, Hernández critica el encarecimiento del proyecto con el paso del tiempo. "Es normal que suceda, pero con los 7 millones de diferencia desde agosto se podría haber dado un cambio increíble a toda la comarca de Tierras Altas. Ahora, todavía no tenemos presa ni tenemos esos 7 millones, pero es que tampoco tenemos vivienda ni tenemos carreteras", ha sentenciado. No obstante, el regidor opta por mirar al futuro y cruzar los dedos para que, tal y como comprometió el subdelegado del Gobierno, la obra se adjudique antes de final de año y se cumpla el plazo de ejecución porque "la urgencia es máxima", y ha quedado demostrada recientemente por un problema con unas turbinas que dejó sin agua durante dos días a la zona alta del pueblo.
El segundo gran pilar para el desarrollo, según el alcalde de San Pedro Manrique, la vivienda, es otro de los factores que frena el crecimiento del municipio. La falta de oferta inmobiliaria es tan grave que, tal y como confiesa el primer edil, "ha provocado la marcha de explotaciones ganaderas y disuade a nuevos empresarios de instalarse en nuestro núcleo".
El alcalde calcula que entre 35 y 40 personas se desplazan diariamente en autobús para trabajar en el municipio porque "aquí no encuentran vivienda".
El Ayuntamiento ha solicitado la construcción de diez viviendas en régimen de alquiler a la Junta, pero el proceso avanza "con lentitud". El alcalde está convencido de la necesidad de esta medida. "Si hubiera ahora 20 o 25 viviendas de régimen de alquiler estarían llenas", ha asegurado. Esta carencia afecta directamente al asentamiento de población y al mantenimiento de servicios esenciales como la escuela, creando lo que él mismo ha definido como "la pescadilla que se muerde la cola. Si hay viviendas, hay gente; si hay gente, hay niños; si hay niños, hay profesores, y es que es todo", lamenta Hernández.
Mientras los grandes proyectos dependen de otras administraciones, el Consistorio sampedrano impulsa varias iniciativas con fondos propios y ayudas como los Planes Provinciales. Entre ellas, destaca, por ejemplo, el albergue. Hernández señala que, actualmente, se está ejecutando la primera fase, que cuenta con un presupuesto de 355.000 euros. La iniciativa, que pretende paliar la escasez de plazas de hospedaje, es ambiciosa y se estima un coste total que podría superar el millón de euros. Por eso, el regidor apela a la paciencia: "Vamos a ir poco a poco porque dependemos de la financiación, pero alcanzaremos la meta".
También está prevista la construcción de un velatorio municipal en los bajos de la residencia para "evitar que los vecinos tengan que desplazarse a Soria en momentos tan delicados".
Y se arreglará la piscina municipal con una impermeabilización que mejore la instalación.