La quinta columna de Patxi Irigoyen para Soria Noticias.
La Comisión de Memoria Histórica y organismos similares funcionando a fecha actual para intentar borrar de una vez por todas aquella época ha decidido quitar definitivamente las placas de los edificios que, construidos en las décadas de los 50 hasta los 80 llevaban el yugo y las flechas como modo de recordar que el promotor de las mismas había sido, o el Ministerio en su día de Vivienda, o el organismo de turno que cogiera esa tarea.
Y llegaron los organismos similares de las comunidades autónomas. Y puestos, incluso los institutos municipales de vivienda, que en algunos municipios se llegaron a crear y funcionaron. No sé cómo, pero funcionaron. No sé si hicieron viviendas, pero existieron; se reunieron, hablaron, cobraron dietas… seguro que se llegó a hacer algún plan, aunque todo quedó, cuando se llegó a hacer, en eso: un plan de vivienda.
Y desde hace varias décadas ahora en 2025, se acabó la vorágjne de vivienda pública. No existen más allá de una o dos promociones por provincia, y en algunos casos promociones que versan la construcción de no más de 40 viviendas. Y en ello están nuestros políticos: encontrar un terreno donde construir (que ya tienen en muchos casos), encontrar financiación para la construcción que sí existe (y que otros la obtienen de entidades financieras), y voluntad para hacer de verdad lo que mucho hablan pero no materializan.
En Soria se está construyendo un edificio que será vivienda pública; dentro de los muchos tipos de vivienda pública que hay. En los pueblos de Soria también en algunos casos se está construyendo alguna vivienda oficial. Según la propia web de la administración autonómica, “En Soria, la Consejería de Medio Ambiente, Vivienda y Ordenación está construyendo en la actualidad, en varios municipios de la provincia, más de 100 viviendas para venta, tanto de carácter unifamiliar como en bloque, de las cuales 38 viviendas colaborativas para alquiler se están ejecutando en la capital, con una inversión de 5 millones de euros”. Pues bien, con el último dato de dinero que nos indica la Junta, en Langa de Duero 7 viviendas unifamiliares de 90 metros cuadrados útiles tiene un costo de algo más de un millón de euros; se trata de viviendas industrializadas y prefabricadas en taller para algunos elementos.
Las 38 viviendas de la capital tienen un costo de construcción cercano a los 150.000 euros por vivienda. Precios absolutamente disparatados. Que sube todo, está claro: que la construcción se ha puesto intocable, es más que evidente. Pero no se nos olvide: estos precios son absolutamente disparatados.
Pero lo que todavía nadie ha determinado es la función de una vivienda pública. Si lo es para jóvenes, si lo es para todo el público, o si lo es con fines de residencia provisional durante un tiempo máximo y en régimen de alquiler. Legislar el uso de una de estas viviendas públicas es prioritario. Si lo son en propiedad, como hasta ahora, tiene hándicaps enormes. En régimen de alquiler, tiene poco gancho. En cesión para su uso excepcional, se antoja imposible. Mientras, no se hace vivienda pública, y no se legisla para favorecer el alquiler privado de personas con varias propiedades. Como es normal: mucha palabra y poco hecho. Propio de la política.