La oposición critica el incremento de la presión fiscal y la gestión del Centro Joven en las cuentas municipales para el próximo ejercicio. Los socialistas denuncian la falta de inversiones reales y lamentan la actitud del equipo de gobierno durante la sesión plenaria.
Durante la última sesión plenaria del Ayuntamiento de Golmayo, el Grupo Municipal Socialista votaba en contra de la aprobación del documento económico para 2026 al considerarlo injusto para los vecinos y carente de un proyecto de desarrollo real. Según explicaban en la formación, el incremento de los ingresos se sustenta principalmente en una mayor recaudación de los tributos del Estado, que aumentan un 43 %, y en la elevación de la carga impositiva a los ciudadanos.
Los datos aportados por la oposición señalan incrementos significativos en servicios básicos. El suministro de agua experimentará una subida del 66 % en la partida de ingresos respecto a 2025, mientras que la tasa de recogida de basuras aumentará un 33 %. A estas cifras se suma la desaparición de la partida destinada al bus urbano, cuyo coste ha sido asumido hasta ahora por el consistorio pese a ser competencia autonómica.
Uno de los puntos más polémicos del debate fue la gestión del espacio juvenil. El PSOE denunciaba que, pese a las promesas realizadas en la Junta de Portavoces sobre la contratación de monitores socioculturales, una resolución de Alcaldía confirmó un cambio de modelo.
Según los socialistas, el servicio será atendido por un operario de usos múltiples, lo que en su opinión convierte el lugar en una simple "sala de juegos". Por tal motivo, esta decisión rebaja la calidad del servicio y desnaturaliza un recurso que debería contar con personal cualificado para dinamizar actividades con usuarios a partir de los 10 años.
Frente a las afirmaciones del alcalde, el Grupo Socialista declaró que sí presentó iniciativas para mejorar las cuentas. Entre las propuestas aceptadas figura el desglose de la partida de publicidad y propaganda en áreas como fiestas o cultura, así como el mantenimiento de las campañas de formación cívica.
Sin embargo, otras medidas fueron rechazadas o ignoradas, tales como:
Los concejales socialistas lamentaban finalmente la "escalada verbal" y el tono del regidor durante la sesión, calificando su actitud de impropia para un representante municipal. Desde el PSOE aseguran que nunca han faltado al respeto a la corporación y atribuyen la crispación a una estrategia de confrontación política importada del ámbito nacional.