La Comisión Europea distingue el programa REHABITARE de la Junta de Castilla y León como ejemplo de buenas prácticas contra la despoblación. La iniciativa ha permitido rehabilitar 694 viviendas y alojar a más de 1.700 personas en el medio rural desde 2016.
La Comisión Europea ha puesto el foco en Castilla y León para señalar el camino a seguir en materia de reto demográfico. Bruselas ha distinguido recientemente al programa REHABITARE, impulsado por la Junta, como un ejemplo destacado de «buenas prácticas» por su capacidad para revitalizar los pueblos y facilitar el acceso a la vivienda en el medio rural. Un espaldarazo continental a una estrategia que busca convertir el patrimonio en desuso en hogares habitables.
Este reconocimiento sitúa a la Comunidad como un referente europeo gracias a una política que no solo se centra en el ladrillo, sino en la cohesión territorial. La estrategia valorada por las instituciones comunitarias se basa en un modelo integral que combina la rehabilitación de edificios, el alquiler social, la eficiencia energética y una fiscalidad favorable para los pequeños municipios. Se trata, en definitiva, de una fórmula que Europa considera «eficiente, sostenible y replicable» en otros territorios de la Unión que sufren problemas similares de despoblación.
El núcleo del éxito de REHABITARE reside en su mecánica de actuación: recuperar edificios públicos —como antiguas escuelas, casas de maestros o farmacias— y propiedades eclesiásticas que han caído en desuso para transformarlos en viviendas de alquiler asequible. Una maniobra que permite matar dos pájaros de un tiro: se conserva el patrimonio arquitectónico de los pueblos y se ofrece una solución habitacional a bajo coste para fijar población.
Los datos acumulados desde 2016 respaldan la decisión de la Comisión Europea. Según la información facilitada por la Consejería de Medio Ambiente, Vivienda y Ordenación del Territorio, el programa ha permitido rehabilitar hasta la fecha un total de 694 viviendas en toda la Comunidad. Estas intervenciones se han traducido en un hogar para 1.735 personas, nuevos vecinos que han podido asentarse en el medio rural gracias a estas infraestructuras recuperadas.
La administración autonómica complementa esta línea de actuación con la promoción de viviendas de alquiler asequible de consumo casi nulo y la venta de vivienda pública con descuentos del 20 % para el colectivo joven. Además, la renovación energética a gran escala ha movilizado más de 500 millones de euros de inversión, impulsando más de 30.000 renovaciones que buscan mejorar el confort térmico y reducir la factura energética de las familias.
Más allá de la rehabilitación física de inmuebles, el reconocimiento europeo valora el ecosistema de ayudas directas destinado a los jóvenes, el colectivo clave para asegurar el relevo generacional en los pueblos. La estrategia regional ha permitido conceder más de 1.400 garantías hipotecarias, una herramienta financiera que facilita hasta el 97,5 % del precio de compra de la vivienda, eliminando la barrera de la entrada inicial que muchas veces frustra la adquisición.
Las cifras oficiales reflejan también el alcance de las ayudas al alquiler rural, que han llegado a 110.000 jóvenes con una inversión que supera los 188 millones de euros. A esto se suman las ventajas fiscales, de las que se han beneficiado cerca de 30.000 jóvenes residentes en zonas rurales, y las bonificaciones directas en la compra de vivienda protegida, aplicadas ya a más de un centenar de solicitantes.