El evento de Tierras Altas tiene múltiples opciones para todos los gustos. Artesanía, rutas, música tradicional... Y cómo no, el mágico arbusto que pone color a la Navidad.
Soria Noticias se ha escapado a Oncala para disfrutar de su Feria del Acebo sin mirar el reloj. Así, hemos podido comprobar que la cita es mucho más que el Belén Viviente del domingo, aunque este acapare siempre la gran mayoría de fotos y titulares. Hay opciones para todos los gustos. "Tenemos de todo un poco para que se divierta todo el mundo, se divierta el padre, la madre, el niño, la niña y el abuelo", ha explicado Fidel Gerardo, organizador del evento.
Allí se puede encontrar el adorno más original para decorar el abeto de casa, también hay opción de disfrutar de una bebida caliente al compás de buena música tradicional, y los más intrépidos pueden aprovechar las rutas guiadas para adentrarse en el acebal más grande de Europa.
El estómago no se quedará vacío, pues además de dulces navideños y productos elaborados en Tierras Altas, como su ya famoso queso de Oncala, se facilita a los asistentes un vasito de caldo o un puñado de castañas asadas para calentarse manos y tripa. La mochila de los conocimientos también puede cargarse con los distintos talleres que se organizan. Esta mañana, el de centros de acebo ha causado sensación.
Con este evento, el municipio de las Tierras Altas sorianas se transforma. Lo que normalmente es silencio y quietud, este fin de semana es alegría y movimiento. Todo ello, cómo no, con los colores verde y rojo como protagonistas. Y es que el arbusto más mágico y navideño inunda el pueblo para hacer las delicias de los cientos de visitantes que lo eligen como su opción para el puente de la Constitución.
El mercado navideño de Oncala, que cuenta con 18 puestos, se distingue por dos características fundamentales que definen su espíritu. La primera es su clara vocación temática, con productos pensados "para hacer Navidad". La segunda, y más singular, es una decisión que se ha mantenido firme durante más de una década. "Hace exactamente hace 16 años, decidimos que a Papá Noel no lo dejamos entrar", ha afirmado con rotundidad el organizador.
Esta particularidad responde a una apuesta decidida por la artesanía y la tradición local frente a figuras comerciales más globalizadas. En los puestos, los visitantes pueden encontrar "adornos artesanales, totalmente artesanales", elaborados con materiales como la tela y otros elementos naturales.