Debe conformarse con una cuarta posición en la edición menos vista y más corta de la historia del formato.
'Gran Hermano 20' llegaba anoche a su fin con una final descafeinada y adelantada. La maquinaria de Telecinco se puso en marcha hace semanas para acabar con una edición que estaba viendo mucha menos gente de la que podía soportar la cadena. Así, se aceleraron todos los trámites aumentando la velocidad de las expulsiones para llegar a una final, la de anoche, con cuatro concursantes esperando por el maletín que, aún así, conservaba los 300.000 euros iniciales. El premio seguía siendo jugoso a pesar de las circunstancias.
Entre ellos estaba Raúl Martínez, el primer soriano que conseguía plaza en la casa más famosa de España. Empresario hostelero, inversor en bolsa, jugador profesional de póker y criptobro, se anunciaba en su vídeo de presentación como el 'puto amo'. Aseguraba ser el rey de la estrategia y se las prometía felices entre otros inquilinos con, aparentemente, muchas menos luces.
Puede ser que todo su bagaje profesional le sirviese durante los compases iniciales del concurso. Contra todo pronóstico, se salvó de la primera expulsión después de un comentario muy poco afortunado que le llevó a colarse entre lo más comentado de la red social 'X'. Muchos le acusaron de maltratador de ovejas, algo que hoy en día te puede llevar directamente a la cancelación.
Resistió Raúl como gato panza arriba y todo hubiese tenido mucho más emoción si los datos de audiencia hubiesen sido algo mejores y Telecinco no hubiese comenzado a convulsionar estropeando un formato que para muchos es cosa sagrada. No ha pasado ni mes y medio desde entonces. Los más puristas dirán que Raúl no ha tenido tiempo de desplegar todas sus armas. Puede ser verdad. Las circunstancias arrollaron a todos.
En una final acelerada con un Jorge Javier Vázquez menos ocurrente que nunca, Raúl se convirtió en el primer finalista expulsado. Por lo menos se lleva a casa un cambio de look que, esto es opinión personal, le sienta bien. También un momentazo romántico con su novia, a la que confesaba en directo que quería pasar toda la vida con ella. Quedará en las páginas de la historia de la televisión y de la provincia por ser, casi con total seguridad, el primer soriano y el último en Gran Hermano. Enhorabuena.