La intervención garantiza la estabilidad y estanqueidad del monumento barroco después de doce meses de trabajos especializados. El proyecto ha permitido sanear las cornisas y mejorar la impermeabilización del edificio para frenar el deterioro causado por las lluvias.
El templo burgense recupera la seguridad en su elemento más vertical tras un año de andamiaje y labores de consolidación. El Ministerio de Cultura ha finalizado las obras de emergencia de la torre de la catedral de El Burgo de Osma, una actuación ejecutada a través del Instituto del Patrimonio Cultural de España (IPCE) que ha supuesto un desembolso final de 693.312 euros.
La intervención, que fue declarada de emergencia hace ahora un año, respondía a la necesidad urgente de frenar el avanzado estado de deterioro que presentaban las cornisas, una situación que se vio severamente agravada por las lluvias torrenciales registradas en la zona.
El objetivo principal de los trabajos ha sido asegurar la durabilidad de la torre del siglo XVIII y evitar desprendimientos que pudieran poner en riesgo tanto el patrimonio como a los viandantes. Las labores se han centrado en:
Aunque la duración inicial de las obras estaba prevista para nueve meses, los técnicos determinaron la necesidad de ampliar el plazo hasta completar cerca de un año de trabajo. Esta decisión se tomó tras comprobar, una vez iniciada la intervención, que era necesario extender el alcance de las reparaciones a todas las cornisas y a otros elementos de la fachada que no se habían contemplado en el proyecto original.
La torre barroca, uno de los símbolos más reconocibles de la villa episcopal, queda así asegurada dentro del conjunto de la Catedral de Santa María de la Asunción, declarada Bien de Interés Cultural en 1931.