El Centro Penitenciario de Soria cierra 2025 sin registrar agresiones a funcionarios y anuncia la creación de un módulo de respeto para el próximo año.
La Comisión de Asistencia al Subdelegado del Gobierno en Soria analizaba el pasado viernes, 12 de diciembre, el estado actual y las previsiones de futuro del Centro Penitenciario de la capital, en una reunión donde la directora de la institución, Alba Bartolomé, desgranaba los pormenores de un año que está a punto de concluir. El balance presentado ante el subdelegado, Miguel Latorre, arroja un dato especialmente significativo en materia de seguridad y convivencia, toda vez que el recinto penitenciario cerrará el presente ejercicio 2025 sin haber registrado ninguna agresión a funcionarios, una estadística que refleja el clima de estabilidad y el funcionamiento de los protocolos internos en las instalaciones sorianas.
Durante el encuentro, que sirve para realizar el seguimiento periódico de los servicios de la Administración General del Estado en la provincia, se ponía de manifiesto que la gestión del centro combina la necesaria seguridad con una intensa actividad educativa, cultural y de tratamiento. En este sentido, la dirección ha confirmado que la relación de puestos de trabajo se encuentra cubierta en torno al 90 %, lo que permite sostener el servicio con garantías, habiéndose publicado además el concurso de traslados el pasado 4 de noviembre como instrumento clave para la movilidad y la cobertura de vacantes.
De cara al próximo ejercicio, las previsiones apuntan a una reorganización de los espacios con la apertura de un nuevo módulo polivalente que funcionará como módulo de respeto. Esta iniciativa busca reforzar las normas de convivencia, el compromiso individual y la participación ordenada de los internos en la vida diaria, orientándose la planificación a consolidar un entorno más estable dentro de los muros del centro. Asimismo, y en el ámbito de la intervención terapéutica, se prevé ampliar en 2026 los programas para agresores de violencia de género en medidas alternativas, pasando a dos ediciones que permitirán atender a 12 personas más, con el objetivo de mejorar la eficacia de la respuesta institucional y reducir los riesgos de reincidencia.
En materia de tratamiento, el año que termina ha visto el desarrollo de tres programas centrados en tipologías delictivas concretas, abarcando conductas violentas, agresión sexual y violencia de género. A esta línea de trabajo se han sumado actuaciones específicas en el campo de las adicciones, colaborando con Cruz Roja para la intervención en drogas y con la Asociación para la Rehabilitación de Enfermos Alcohólicos Sorianos (Areso) en programas sobre alcohol, reforzando así la dimensión terapéutica que orienta la labor penitenciaria.
La vida en el interior del centro también ha estado marcada por una apuesta decidida por el deporte y los hábitos saludables. El informe presentado por Bartolomé detalla propuestas regulares que van desde el crossfit y el fútbol sala hasta el TRX, el acondicionamiento físico o el uso del frontón, actividades todas ellas vinculadas a objetivos de salud y disciplina personal. En el plano cultural, se han fomentado espacios de reflexión y contacto con el exterior, destacando salidas programadas como una jornada micológica con el apoyo de Cáritas y Cruz Roja, la participación en certámenes de cortos o la proyección del documental Las voces del silencio en colaboración con la asociación Harmonii.
Otro de los anuncios relevantes de cara a 2026 tiene que ver con la memoria histórica y el patrimonio documental. El centro penitenciario procederá a la transferencia de más de 700 expedientes de internos correspondientes al periodo comprendido entre 1963 y 1973 al Archivo Histórico Provincial. Esta medida, que responde a criterios archivísticos, facilitará la conservación, el acceso regulado y la custodia especializada de una documentación que forma parte de la historia reciente de la provincia.
No obstante, el informe también señalaba los retos pendientes, situando la situación del personal sanitario como una de las necesidades identificadas. Actualmente, el centro cuenta con un médico contratado tres días a la semana, mientras que en el área de enfermería se mantienen efectivas dos de las cuatro plazas existentes. Reforzar la atención sanitaria y asegurar la cobertura adecuada en coordinación con los recursos disponibles se perfila, por tanto, como uno de los objetivos prioritarios para los próximos meses.