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CAPITAL
Actualizado 23/12/2025 20:20:59

La entidad soriana, en colaboración con Fundación Recover, instala tres cisternas de agua en los campamentos. El proyecto, finalizado ahora, se centra en los dispensarios de Amgala y Bucraa, incluyendo un suministro específico para ginecología.

La Fundación Pedro Navalpogtro culmina el año materializando un proyecto vital en la Hamada Argelina que permite elevar los estándares de salubridad en dos centros médicos de la wilaya de El Aaiún. La intervención, ejecutada en colaboración con la Fundación Recover, ha logrado superar las previsiones iniciales mediante la instalación de tres grandes depósitos capaces de resistir las extremas condiciones térmicas del desierto.

En una de las zonas más inhóspitas del planeta, donde el acceso a los recursos básicos marca la diferencia entre la salud y la enfermedad, la funación vuelve a unir lazos por el lado soriano. La organización ha completado con éxito a mediados de este mes de diciembre una intervención crítica en los campamentos de refugiados saharauis, garantizando el abastecimiento de agua potable a una población que vive en condiciones de extrema vulnerabilidad. El proyecto se ha centrado en dotar de infraestructuras hídricas a los dispensarios de Amgala y Bucraa, espacios donde la higiene resulta determinante para la atención sanitaria.

Esta iniciativa llega beneficiar de manera directa a más de 14.500 personas anualmente, sumando los 7.000 pacientes que reciben atención en Amgala y los 7.500 de Bucraa. No obstante, el impacto real de la actuación se extiende mucho más allá de los muros de estos centros de salud, toda vez que se estima que unas 40.000 personas se verán favorecidas de forma indirecta gracias a la mejora general en las condiciones sanitarias de la zona. La intervención llega en un momento necesario, habida cuenta de que el 78% de la población saharaui vive en situación de alta vulnerabilidad nutricional y uno de cada tres niños padece desnutrición crónica.

Uno de los aspectos más destacados de la ejecución del proyecto ha sido la capacidad de gestión de los recursos. Aunque el plan original contemplaba la instalación de dos unidades de almacenamiento, la optimización de los costes ha permitido la adquisición y montaje de tres tanques cisterna. Se trata de estructuras de hierro de alta resistencia, diseñadas específicamente para soportar temperaturas que en esta región superan habitualmente los 50 grados Celsius, asegurando así la durabilidad de la infraestructura frente a la abrasión del clima desértico.

La distribución de estos recursos ha permitido solventar carencias históricas en los servicios médicos. En el dispensario de Amgala se ha instalado una de las cisternas junto con una bomba de agua y nuevos puntos de distribución que garantizan la presión adecuada en la red interna. Por su parte, en Bucraa se han colocado las otras dos unidades, destinando una de ellas específicamente al servicio de ginecología. Este hecho reviste especial importancia, siendo que dicha unidad carecía hasta la fecha de acceso directo a agua potable, una limitación que dificultaba enormemente la atención digna en los servicios materno-infantiles.

Para garantizar que esta ayuda perdure en el tiempo y no se convierta en una infraestructura efímera, el proyecto ha incluido un componente formativo esencial. Se ha instruido al personal local en las tareas de mantenimiento de las instalaciones y se ha designado un responsable en cada dispensario, quienes operarán bajo el seguimiento del coordinador de la Fundación Recover en el terreno. Con esta actuación, la Fundación Pedro Navalpotro reafirma su compromiso con el desarrollo y el acceso al agua como un derecho fundamental, llevando el nombre de Soria a los rincones donde la necesidad es más acuciante.

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