Con gran lucimiento y esplendor se celebró el pasado 10 de junio la festividad del Corpus Christi en El Burgo de Osma. Las fuertes rachas de viento reinante, el cielo encapotado y la lluvia que obligó a acortar la procesión cuando discurría por el número 32 de la calle Mayor, junto al arco del Cubo, no fueron impedimento para que las calles lucieran con gran colorido. La procesión con la custodia del Santísimo Sacramento discurrió pisando las vistosas alfombras florales que la creatividad, la ilusión y el esfuerzo de 450 voluntarios habían hecho posible. El trabajo comenzó hace meses con la elección de los motivos y de la elaboración del material. En la tarde del sábado se comenzó a trasportar al suelo los dibujos realizados con anterioridad. Las alfombras estaban terminadas puntualmente antes del comienzo de la celebración litúrgica de la Catedral. La iconografía que se desplegó en las calles se basó en motivos eucarísticos, vegetales y geométricos.
Con gran lucimiento y esplendor se celebró el pasado 10 de junio la festividad del Corpus Christi en El Burgo de Osma. Las fuertes rachas de viento reinante, el cielo encapotado y la lluvia que obligó a acortar la procesión cuando discurría por el número 32 de la calle Mayor, junto al arco del Cubo, no fueron impedimento para que las calles lucieran con gran colorido. La procesión con la custodia del Santísimo Sacramento discurrió pisando las vistosas alfombras florales que la creatividad, la ilusión y el esfuerzo de 450 voluntarios habían hecho posible. El trabajo comenzó hace meses con la elección de los motivos y de la elaboración del material. En la tarde del sábado se comenzó a trasportar al suelo los dibujos realizados con anterioridad. Las alfombras estaban terminadas puntualmente antes del comienzo de la celebración litúrgica de la Catedral. La iconografía que se desplegó en las calles se basó en motivos eucarísticos, vegetales y geométricos.