Un capítulo más y ya son varios, el que este miércoles 12 de junio se ha completado en torno a la polémica surgida durante el Desencajonamiento y el Lavalenguas que viene dada a raíz de los controles de alcoholemia y a la vigilancia de los caminos del monte Valonsadero por parte de la Guardia Civil. El alcalde, Carlos Martínez Mínguez, ha destacado la necesidad de reconducir la situación creada pero apuntando hacia la Subdelegación del Gobierno y hacia el Partido Popular como responsable del malestar de los sorianos.
En una rueda de prensa convocada urgentemente en el mediodía, el regidor soriano habló de lo que consideraba como deslealtad institucional de la Subdelegación porque no fue convocado a la reunión con los jurados y las peñas y emplazó una reunión de la Junta Local de Seguridad porque este jueves hay pleno ordinario. Una convocatoria de la que dijo ser acreedor porque así figura en la normativa al efecto. Por ello, avanzó que la Junta Local de Seguridad tendrá lugar el viernes, y no el jueves como se pretendía desde la Subdelegación.
En su versión de los hechos, Mínguez calificó la polémica como estéril e innecesaria nunca achacable al equipo de Gobierno municipal, y dijo que el asunto tenía fácil solución si se ponían los problemas encima de la mesa, pero incidió, como lo hiciera después a lo largo de su comparecencia, que en sus quince años como miembro de la Comisión de Festejos era la primera vez que se intenta hacer política partidista con las fiestas de San Juan por parte del Partido Popular con el cual busca no la colaboración institucional sino la confrontación hacia la Alcaldía y a su equipo de Gobierno.
Por ello, recordó la solicitud hecha por parte del Ayuntamiento para una reunión el lunes con la Subdelegación que fue denegada y aludió a que su propósito ha sido siempre poner cordura y sentido común a una deriva a la que está llevando todo esto.
Mínguez, que agradeció la labor de todos los agentes involucrados en las fiestas, incluida la Guardia Civil, que está en entredicho por la actuación irresponsable de la Subdelegación, avanzó que en la reunión del viernes se tratará de modificar el sistema operativo causa del problema y con lo que se tratará de enviar un mensaje de tranquilidad y de sosiego para el disfrute de las fiestas, en vez de embarrar una situación que no debía de haberse producido nunca y la que, repitió, no era responsabilidad de los munícipes sino de los responsables estatales en la provincia por ignorar el problema además de provocarlo.
También se mostró partidario de la tolerancia cero en el volante cuando se ha bebido alcohol, pero buscando el equilibrio mediante una actitud no sancionadora, sino de prevención, algo que consideró como la clave de esta problemática, por lo que no obvió la necesidad de denunciar a quienes puedan provocar un accidente de circulación, pero manteniendo esa presencia intimidatoria y preventiva de la Guardia Civil.
Así mismo, se refirió a la excepcionalidad de las jornadas festivas y abogó por la concienciación, porque las imposiciones en fiestas no son buenas con lo que se mostró igualmente favorable de ajustar todos los engranajes y recomponer una cadena que parece que se ha roto. Aquí incidió además que la Policía Local no instala controles de alcoholemia para conductores en las inmediaciones del coso de San Benito antes de las novilladas del Viernes de Toros, si bien los agentes municipales están presentes intimidando y haciendo aparcar los vehículos en una actividad de prevención antes de que se produzcan los accidentes.
En este sentido, el alcalde no se pronunció sobre la posibilidad de instalar los controles a la salida de Valonsadero, aduciendo que no somos quien para decirlo, aunque se conformó con que dichos operativos se instalen como se han venido haciendo en ediciones anteriores.
Por último, y en lo referente al tránsito de vehículos por los caminos, reconoció las trece denuncias del Seprona de la Guardia Civil en el Desencajonamiento, sin que aún se hubieran recibido las correspondientes al Lavalenguas, y puntualizó que los agentes medioambientales no reseñaron ninguna, dudando de los datos oficiales de la Subdelegación, porque parece que la estrategia es responsabilizar al Ayuntamiento, algo que tildó de esperpéntico. También incidió en que las denuncias, de llevarse a cabo, deberían interponerse a la totalidad de los vehículos estacionados, si bien no llegó a explicar la retirada de señales de prohibición durante el Desencajonamiento como apuntaban desde la Subdelegación.