El pasado sábado el CD Numancia se hizo con la segunda victoria de la temporada. Los rojillos ya suman nueve puntos. El Numancia se impuso al Sabadell por tres goles a uno, pero el partido no fue un camino de rosas. Al filo del descanso el colegiado del partido señaló un penalti más que riguroso para el equipo catalán. Con este gol el conjunto arlequinado se hizo con la igualada, pero para la afición rojilla fue la gota que colmó el vaso.
El Numancia ganaba por uno a cero cuando el Sabadell tuvo una clara ocasión en los pies de Tamudo. El ex del Espanyol mandó la pelota a la izquierda del marco defendido por Biel Ribas, pero sorprendentemente para la afición de Los Pajaritos el colegiado señaló córner para los catalanes. Esto no gustó nada a la afición del Numancia. El equipo soriano despejó la pelota sin problemas.
Apenas unos minutos después un balón que se iba a perder por línea de fondo lo salvó Akapo y lo envió a saque de banda, para evitar el córner. El mismo juez de línea volvió a decretar córner ante la sorpresa del estadio, ya que Akapo la sacó claramente. En ese mismo saque de esquina el árbitro señaló penalti para el Sabadell. El colegiado fue el único que vio contacto en esa acción. Esta sucesión de acontecimientos hizo enfurecer a la grada de Los Pajaritos que, tras el final de la primera mitad, despidió al árbitro con una sonora pitada.
Aquello complicó bastante el partido al equipo rojillo, pero los jugadores supieron sobreponerse a estas irregularidades y tras una gran segunda mitad los tres puntos se quedaron en Soria.
No es la primera vez que los árbitros le complican la vida al Numancia, en el último partido en casa frente a la UD Las Palmas en los últimos el colegiado señaló un penalti que privó al Numancia de llevarse los tres puntos.
No creo que ningún árbitro salga al partido con la intención de darle la victoria a uno de los dos equipos y, por tanto, solo justificable por el bajo nivel del arbitraje. Tal vez no en la Primera División, pero en Segunda hay errores flagrantes todas las jornadas. Errores como los que tuvo el línea de Los Pajaritos el pasado sábado deberían ser inconcebibles en el fútbol profesional.