En este período se registraron en dicho tramo un total de 11 víctimas mortales, siendo su índice de peligrosidad medio de 115,4. En las estadísticas ofrecidas por AEA también queda reflejado que la intensidad media diaria de tráfico es de 3.796 vehículos. Dicho tramo está señalizado, si bien no se describe presencia de radares de velocidad en el mismo.
En cuanto a la región, 29 de los 150 tramos que son acreedores de una mayor peligrosidad en todo el país discurren por alguna de las nueve provincias castellano y leonesas. El de mayor índice está en la N-630 dentro del término municipal de Béjar (Salamanca), donde perecieron 19 personas en el punto kilométrico 415.
Ya con la vista puesta en el territorio nacional, la relación oficial del ministerio proporcionada por AEA apunta que el tramo situado en el punto kilométrico 12 de la autovía A-55 en Pontevedra es el de mayor siniestralidad del país, con 173 víctimas mortales en los cuatro años del estudio. Dicha calzada soporta un tráfico diario medio de 37.911 kilómetros.
En función de estos y otros parámetros, desde AEA se indica que “todavía hay en las carreteras españolas demasiados puntos negros´ que es necesario corregir. Y si bien los recortes presupuestarios pueden retrasar la necesaria actuación en esas infraestructuras, es importante al menos que los conductores sepan dónde están para tomar las debidas precauciones, ya que en los años 2006 a 2010 en ciento cincuenta kilómetros de nuestra red de carreteras se han contabilizado más de 2.000 víctimas. Tramos que, en su mayoría, ni están señalizados como Tramos de Concentración de Accidentes, ni la DGT ha colocado un radar.”
Sin embargo, también explican que en dicho período el Índice de Peligrosidad Medio (IPM) de la Red de Carreteras del Estado se ha reducido por cuatro”, y se señala como causa eficiente y principal de esa mejora “el estado de las infraestructuras y no el permiso por puntos o las medidas sancionadoras, como algunos han pretendido hacer creer”, concluyen.