El Numancia aspira a cerrar la primera vuelta de la Liga Adelante con victoria en un terreno de juego que no se le da especialmente bien, el Arcángel de Córdoba, un resultado que le permitiría mirar de nuevo de cerca a los puestos de promoción para el ascenso. La expedición rojilla viaja a tierras andaluzas con la intención de seguir sumando de tres en tres, tras despedir el año 2012 con victoria a domicilio frente al Hércules de Alicante (1-3) y estrenar el Nuevo Año con goleada (3-0) ante Las Palmas en Los Pajaritos.
El Numancia tendrá que luchar para conseguir este objetivo contra las propias estadísticas, que apuntan a que sólo ha ganado un encuentro de siete en sus últimas visitas a Córdoba -precisamente en un encuentro al que el entonces entrenador Juan Carlos Unzué llegó muy cuestionado-, y contra esa relajación que de vez en cuando se apodera de los jugadores, tras encadenar una buena racha positiva.
La obsesión del entrenador Pablo Machín ha sido esta semana recordarles a toda la plantilla que el Numancia puede hacer frente a cualquier rival de la categoría si salta al terreno de juego con la suficiente tensión competitiva, un requisito fundamental para conseguir un resultado positivo en Córdoba.
Su preocupación ha estado centrada en los nuevos problemas físicos de Julio Álvarez, un jugador básico en la salida del balón y en las jugadas a balón parado del Numancia. Todo indica que, en el mejor de los casos, será uno de los integrantes del banquillo.