Aducen que esta instalación conllevará riesgos para la salud y también para las infraestructuras hidráulicas.
Los socialistas de Almazán han mostrado este viernes su repulsa por la futura ubicación en la localidad de una planta de subproductos animales toda vez que según han señalado, la actividad está a punto de obtener la correspondiente licencia ambiental.
Fuentes del PSOE adnamantino han recordado que ya mostraron su postura contraria a dichas instalaciones, y han aducido que las mismas supondrán "probables riesgos" tanto en la salud de las personas y también en las infraestructuras hidráulicas de la localidad. Unos riesgos que vienen dados en primer término porque "se trata de material no inerte desde el punto de vista biológico y cuya inocuidad sanitaria no está garantizada", y en segundo lugar, porque podrá dañar el sistema de alcantarillado y la estación depuradora de aguas residuales (EDAR).
"El proyecto inicial de la empresa pretendía poner en funcionamiento la antigua planta de purines y para ello solicitó y obtuvo inicialmente su licencia, pero parece que lo que realmente le interesa es esta segunda actividad relacionada con la transformación de subproductos animales" han significado estas mismas fuentes.
Así, los socialistas adnamantinos, han manifestado su preocupación por la "contaminación ambiental" que podría generar la planta, ya que todavía existen "filtraciones de las balsas" de la planta de purines las cuales "deberían haber sido eliminadas antes de empezar a funcionar en esta nueva etapa". Un requerimiento ya especificaron cuando gobernaban el Ayuntamiento. Ahora, la nueva actividad generará el aumento en el "peligro de contaminación de acuíferos" a lo que se sumará lo que consideran como un "grave problema de muy difícil solución" por los desagradables olores "originados tanto en el transporte de la materia prima, como durante el proceso de elaboración de harinas y grasas, cocción y prensado, y en su almacenamiento posterior".
Aquí nuevamente han recordado que la actual planta de detritus ganaderos contó "con todos los beneplácitos y autorizaciones necesarias y sin embargo, provocó unos hedores insufribles que afortunadamente, logramos corregir, siempre que sigan respetando las condiciones que les impusimos".
Ante estas afirmaciones, han requerido al alcalde de la localidad, José Antonio de Miguel, que no permita la instalación de la planta, pese a que "lo llevaron de viaje por Europa para venderle el proyecto". Aun admitiendo que los problemas por los purines se generan por la actividad ganadera en la zona, han puntualizado que las cuestiones derivadas por los subproductos animales "deberían solucionarse en las zonas que las originan".
Para finalizar han indicado que las compensaciones ofrecidas por la empresa promotora no es "razón suficiente" para soportar los "hedores" ocasionados. "Queremos vivir sin este tipo de problemas, que por otra parte iría en detrimento de actividades como el turismo y la hostelería que tan importantes resultan en la muy mermada economía de nuestra localidad", han concluido.