Tras avisar a la Guardia Civil, se puso en marcha el protocolo a seguir en estos casos, y se realizó un reconocimiento más exhaustivo del lugar por si hubiese más material de este tipo. A continuación, los especialistas de la Guardia Civil trasladaron la dinamita a un paraje cercano para, tras tomar todas las medidas de seguridad pertinentes, proceder a su destrucción controlada. El material se encontraba en buen estado de conservación y pudo ser fabricado en 1948 en la fábrica de explosivos de Galdácano (Vizcaya).
La Guardia Civil aconseja que, en el caso de encontrar material explosivo o que se sospeche que lo es, así como cualquier tipo de bombas o granadas procedentes de la Guerra Civil, no se toquen ni se trasladen bajo ningún concepto. Hay que avisar inmediatamente a la Guardia Civil o al Cuerpo Nacional de Policía.