El futuro de las camáras agrarias provinciales está en el aire. En Soria, la aportación económica de la Junta de Castilla y León -los únicos ingresos que recibe- han pasado de 2755.000 euros a 75.000, cuando sólo el coste de los 7 empleados que hay suponen ya 192.000 euros. "De momento vamos a seguir, pero no sabemos hasta donde vamos a llegar", señaló el presidente de ASAJA Soria, Carmelo Gómez, que lamentó los recortes presupuestarios de la entidad agraria, que ponen de peligro su continuidad.
El presidente provincial de ASAJA explicó que se habían planteado la posibilidad de dimitir en bloque los representantes de todas las organizaciones agrarias con representación, pero señaló que para tomar esta decisión era necesario que todas las organizaciones estuvieran de acuerdo. Al descolgarse de la iniciativa COAG, el resto de organizaciones agrarias acordaron seguir adelante con la cámara agraria.
De todos modos, Carmelo Gómez aclaró que ASAJA preside la cámara para gestionar y desarrollar un trabajo y un papel, que es para lo que en su día le votaron los agricultores y ganaderos sorianos, por lo que el futuro de la entidad sigue en el aire, a la vista de la evolución de un futuro inmediato.
La falta de apoyo económico por parte de la Junta, ha generado un debate sobre la necesidad y conveniencia de la existencia de las cámaras agrarias, que son órganos consultivos sin competencias en la gestión agraria, que es responsabilidad del Gobierno regional. Por eso, no son pocos los profesionales que consideran que su supervivencia es una herencia de épocas anteriores, en las que las cámaras sí tenían una papel significativo para los profesionales sector primario.
En la actualidad, el único sentido de la cámara agraria es que sirve de medidor de la representación de las organizaciones agrarias, puesto que no existe otra manera de medir su representatividad, ya que la elección de los vocales de las cámaras se hace por medio del voto de los agricultores y ganaderos.