La Delegación Episcopal de Laicos de Osma-Soria ha organizado una muestra que bajo el título Piedras vivas podrá ser visitada del 8 al 17 de abril en la Sala B del Palacio de la Audiencia de la capital. La colección será inaugurada oficialmente por Gerardo Melgar Viciosa, obispo de la Diócesis, el martes 9 de abril a las siete de la tarde. Habrá una conferencia y talleres para los visitantes.
"Piedras vivas" recoge una variada e interesante muestra del trabajo escultórico de Santiago Osácar (Zaragoza, 1969). En la muestra, auspiciada por la Delegación de Laicos de la Diócesis, se podrán contemplar significativos ejemplos de las esculturas nacidas de las manos del autor, que pretende "una renovación del arte sacro que, sin renunciar a sus raíces y a la tradición, pueda resultar significativa para el hombre moderno", según informó la delegada episcopal de laicos, María Consolación Campos.
Está previsto que el visitante pueda acercarse a la exposición mediante visita guiada, cuyas puertas abrirá el martes 9 de abril en un acto que presidirá el obispo diocesano de Osma-Soria, Gerardo Melgar. Además, los alumnos de colegios e institutos, así como grupos parroquiales parroquias, podrán acercarse hasta el autor y su obra a través de distintos talleres.
En este sentido, en el marco de Piedras vivas, tendrá lugar una conferencia bajo el título Arte y fe, a cargo del vicario episcopal de patrimonio, Juan Carlos Atienza, que contará con el testimonio de Osácar. Se desarrollará el lunes 15 de abril en la sala de conferencias del Palacio de la Audiencia.
EL ESCULTOR
El autor, desde muy joven, combina la práctica de la pintura con la afición a la ornitología y el dibujo naturalista, obteniendo el Primer Premio Internacional Príncipe de Asturias para jóvenes investigadores de la Naturaleza en 1984. Formado artísticamente en la vanguardista facultad de Bellas Artes de Barcelona, sus creaciones combinan de modo sorprendente los recursos expresivos del cubismo con la ingenuidad del románico y la elegancia gótica. En cierto modo, "estas obras expuestas suponen una reacción contra el talante pesimista, desgarrado o violento de algunas corrientes contemporáneas buscando la Belleza mediante la armonía y el equilibrio de formas y volúmenes sin que por ello tenga que renunciar totalmente al estudio anatómico", señaló el autor.
Su diseño escultórico está más cerca del arte medieval y su concepción simbólica, que del patetismo gestual de la imaginería barroca y sus desarrollos posteriores. Osácar, católico comprometido, a través del estudio en profundidad tanto de la Sagrada Escritura como del Magisterio moderno, confiere "credibilidad al semblante risueño de las imágenes que, religiosas o no, se convierten en Buena Noticia para todos los hombres: en signo de alegría que alienta la esperanza en una Belleza que pueda saciar la sed más profunda del corazón humano".