La ausencia de lluvias en los tres últimos meses augura una mala sementera en Castilla y León, donde los agricultores ya tenían que haber sembrado la mitad de la superficie de los cultivos de invierno, que totaliza en torno a dos millones de hectáreas en la región. Pero este retraso agudiza más si cabe la situación de la cabaña ganadera de la Comunidad, dado que la nula pluviometría y las altas temperaturas han afectado directamente a los pastos y ello ha obligado a los profesionales a no tener más remedio que dedicar más pienso en la alimentación de los animales en el establo.
Así lo considera el coordinador regional de la Unión de Pequeños Agricultores (UPA), Julio López, cree que la situación es grave y añade que en secano la sementera está prácticamente paralizada y el duro terreno no permite hacer las labores normales. A ello se unen aquellos cultivos que sí se sembraron y que no han nacido, como es el caso de la colza, cuya sementera se desarrolló a primeros de septiembre, y al no llover no ha nacido, lo hará tarde y además después correrá peligro por las heladas.