Estos espacios suponen cambios importantes en el modelo de atención a dependientes y se basan en la individualidad, la intimidad y la adaptación de la institución a la persona.
El delegado territorial, Manuel López, ha visitado este viernes día 9 de marzo la residencia de mayores Los Royales, dependiente de la Gerencia Territorial de Servicios Sociales de la Junta de Castilla y León. Estas nuevas unidades funcionan desde el pasado 20 de febrero como un proyecto experimental, de tres años de duración, para poder valorar las posibilidades de su aplicación en los centros residenciales propios, concertados y privados y configurar un nuevo modelo de atención que ya ha sido desarrollado en países del norte de Europa como Suecia, Dinamarca o Alemania.
El actual concepto de Centro Residencial para Mayores Dependientes concibe estos establecimientos como centros multiservicios, donde la pluralidad de necesidades de los mayores requiere distintas modalidades de atención. De este modo, las residencias deben disponer de unidades de atención residencial flexibles y polivalentes, con estancias ordinarias, estancias temporales, centro de día, unidad de respiro familiar, centro de noche, etc.
Paralelamente, las residencias públicas han acometido una importante reestructuración de sus plazas para dedicarlas básicamente a la atención de mayores con alto grado de dependencia, quedando niveles asistenciales más simples para la atención de mayores con baja dependencia.
Las unidades de convivencia suponen cambios importantes en el modelo de atención a dependientes en residencias que se concretan en tres principios básicos: individualidad, en cuanto a autonomía del residente; intimidad (dignidad) y adaptación de la institución a la persona. El objetivo esencial de estas unidades es garantizar el derecho que los residentes tienen en el control de su propia vida y en las decisiones sobre aspectos importantes o sobre las rutinas que componen su cotidianidad. Estos aspectos han de concretarse en los Planes de Vida, los instrumentos que deben servir de base para una planificación centrada en la persona. En la Residencia Los Royales se han establecido dos unidades diferenciadas:
- Unidad de convivencia de residentes dependientes con necesidades asistenciales predominantemente físicas, con capacidad para 12 personas.
- Unidad de convivencia de residentes dependientes con necesidades asistenciales predominantemente cognitivas con 10-14 plazas de capacidad.
Están ubicadas en la segunda planta, en el sector reformado, que cuenta con comedor independiente y habitaciones individuales, siendo posible su división en dos sectores diferenciados. Este modelo conlleva cambios en la gestión de los centros residenciales para personas mayores, como el de Los Royales, que precisan además nuevos diseños arquitectónicos, asistenciales y de organización.
La Unidad de Convivencia imita el modelo de hogar, donde el ritmo asistencial no viene dado por los convenios laborales, la homogenización o despersonalización del residente, ni el alejamiento de su familia. Aquí la atención garantizará sus peculiaridades, su ritmo e historia de vida y su voluntad (si está presente).
Estos espacios se diseñan para acoger entre 10 y 15 residentes con dependencias similares en un entorno adecuado, que puede llegar a ser personalizado. Es necesario también contar con un personal específico y propio, con una continuidad asegurada, que permita establecer cuidadores de referencia, evitando la rotación y limitando su número. Para la atención de las unidades creadas en Los Royales se han contratado a 13 auxiliares de enfermería, distribuidos en turnos fijos.
Recibirán además el apoyo de programas específicos de terapia ocupacional y estimulación cognitiva sensorial con el personal destinado en el centro. Otra característica importante es el acercamiento de la familia del residente, que podrá implicarse en la prestación de cuidados: alimentación, movilidad, ocio, acompañamiento, etc.