La actual campaña agrícola se ha caracterizado por la escasez de lluvias, lo que ha provocado un descenso en la producción de cereales de invierno en todo el territorio en Castilla y León y en España. Por primera vez en los últimos diez años, el trigo supera a la cebada en producción, motivado por los buenos rendimientos obtenidos con las nuevas variedades de este cereal y su diferencial de precio. Este cambio en la elección del cultivo busca una mayor rentabilidad en las explotaciones.
Los datos ofrecidos por la consejera de Agricultura y Ganadería, Silvia Clemente, corresponden a la estimación de la primera semana de julio, con la cosecha ya iniciada en toda la Comunidad y prácticamente concluida al sur del Duero. Según los datos de la Consejería, la superficie de cereales de invierno en Castilla y León es de 1.900.069 hectáreas, lo que supone un incremento de 0,47 %. La producción de esta campaña se situará en 4.707.331 toneladas, que implica un descenso del 29 % en relación a la cosecha de 2011, y de un 23 % con respecto a la media de los últimos diez años.
En España se prevé una cosecha de 12,5 millones de toneladas, que conlleva un descenso del 24,8 % con respecto al pasado año. Estas cifras vuelven a situar a Castilla y León, con más de 62.000 cultivadores de cereal, como la primera Comunidad productora de cereales, con el 37 % del total nacional.
Por primera vez en los últimos diez años, la mayor producción en esta campaña corresponde al trigo, con 2.218.232 toneladas. Este aumento está motivado, como ha explicado la consejera, por el incremento de la superficie que se ha producido en los últimos años, en los que los agricultores han tomado la decisión de sembrar trigo en detrimento de la cebada, teniendo en cuenta los buenos rendimientos obtenidos con las nuevas variedades y su diferencial de precio. Según ha señalado Silvia Clemente, esto supone que los agricultores de Castilla y León han realizado un cambio en la elección del cultivo, considerado en muchos casos cabeza de la alternativa de siembras.
De esta forma, se aprovechan las sinergias de los cultivos precedentes e incluso de los barbechos, orientando en definitiva sus planes de siembra en la búsqueda de una mayor rentabilidad en las explotaciones de la Comunidad. Al trigo, le siguen en producción la cebada, con 2.130.759 toneladas; el centeno, con 186.763; y la avena, con 171.576.
Al igual que el pasado año, Burgos se sitúa como la provincia de Castilla y León en la que se prevé una cosecha mayor, con unas 1.381.000 toneladas, mientras que Ávila es la provincia en la que la previsión es menor, con 191.610 toneladas. La provincia de Soria se queda en la penúltima posición provincial de la Comunidad, con 270.390 toneladas de cereal . Sin embargo, en superficie cultivada Soria ocupa con 209.571 hectáreas la quinta posición, entre las provincias que más siembra, por delante de León (99.751 hectáreas), Ávila (111.742), Salamanca (146.000), Zamora (164.828) y Segovia (172.170 héctareas).
CIRCUNSTANCIAS METEOROLÓGICAS EXCEPCIONALES
La consejera de Agricultura y Ganadería, Silvia Clemente, ha manifestado que la campaña agrícola de este año se ha visto condicionada por circunstancias meteorológicas excepcionales, caracterizada por una severa sequía otoñal e invernal, y por las altas temperaturas registradas en el mes de mayo y en la segunda quincena de junio.
Clemente ha recordado que, según la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET), la pluviometría acumulada en Castilla y León a lo largo del año hidrológico -de septiembre de 2011 a junio de 2012- ha sido entre un 50 % y un 75 % menor que en un año normal.
Las precipitaciones de la campaña agrícola en la Región han sido un 50 % menos que la media del periodo 1981-2010. Además, se ha producido una importante variación provincial, siendo Ávila, Palencia, Soria y Zamora donde más se ha acusado la escasez de lluvias. Esto ha provocado, como ha afirmado la consejera, problemas de mala nascencia en los cereales de invierno de siembras más tardías, principalmente en las provincias de las Comarcas de Campos y Cerrato en Palencia, y en el sureste de la provincia de Soria.
Las lluvias registradas en el mes de abril mejoraron esas previsiones y permitieron paliar en parte el problema de sequía que se planteaba. Sin embargo, las altas temperaturas del mes de mayo -en concreto, las registradas a principios de la segunda decena de mayo, que superaron los 30º- provocaron también efectos negativos sobre la maduración del grano, incidiendo en su menor peso específico y por lo tanto, en su producción.
Las cifras ofrecidas por Silvia Clemente son una estimación, ya que la cosecha no ha concluido en su totalidad. Estas estimaciones se ajustarán cuando finalice la recolección en toda la Comunidad.
PRECIOS
El descenso de la producción de este año por las inclemencias meteorológicas se ve compensado en parte, como ha explicado la consejera, por el precio de venta de los cereales, que se viene manteniendo en niveles atractivos desde octubre de 2011.
Actualmente, las operaciones, según los datos de las lonjas representativas de la Comunidad, están en torno a 208 euros/tonelada para el trigo; 203 euros/tonelada para la cebada; 197 euros/tonelada para la avena; y 197 euros/tonelada para el centeno. Estos precios suponen un incremento con respecto al pasado año. En concreto, se ha producido un aumento del 4 % en el caso del trigo; del 7 % para la cebada; del 9,75 % en el caso de la avena; y de un 11,72 % para el centeno. Teniendo en cuenta los precios actuales, podríamos estar hablando de un valor estimado de la cosecha de 2012 de más de 960 millones de euros.
Además del precio del propio cereal, destaca el valor que se puede obtener por la venta de la paja. Un subproducto, en otras campañas considerado residual, que debido a la escasez de este año, está teniendo un precio cuyo beneficio redunda en el agricultor.
El incremento de precios contribuirá positivamente, como ha afirmado la consejera, a mejorar la rentabilidad de las explotaciones de la Región. Sin embargo, Clemente no ha pasado por alto que el aumento de los precios repercutirá en la ganadería. Por este motivo, ha abogado por la puesta en marcha de mecanismos de control de los costes en los distintos eslabones de producción.
La consejera ha asegurado que confía en que la futura reforma de la Política Agrícola Comunitaria y el proyecto de Ley de la Cadena Alimentaria, que está elaborando el Ministerio y que previsiblemente se conocerá en el mes de septiembre, puedan solucionar las irregularidades, en el poder de negociación, de los diferentes agentes de la cadena de valor y aclaren la formación de precios del sector.