OPINIóN
Actualizado 09/11/2013 23:59:04

Esto nos recuerda mucho el fijismo de la India, pongamos, pero en Occidente, donde se supone que se cree en la libertad humana no podemos soportarlo, aunque respetemos la India en su esencia y no en los racismos que allí se dan.

Hay una tesis clásica, que sostienen muchos autores y sociedades, según la cual, se nace y, tal como se nace es así siempre la persona. Este fijismo parece tener como único respaldo el de leyes naturales que hacen perecedor el nacer del hombre hasta en su conatus espinosiano. De ello se nutren precisamente dos grandes grupos: los religiosos, en especial los eclesiásticos y que mantienen el mismo orden por los siglos de los siglos, y los naturalistas ?no precisamente los ecologistas, abiertos y rebeldes a imposiciones estatales y de jerarquías-. Es evidente que los primeros son los más peligrosos: un hombre o una mujer nace para un Estado y para una muerte en ese Estado. Pero si levantamos la cabeza y somos atrevidos a ilustrarnos ("Sapere aude") y a admitir la vida en todas sus múltiples posibilidades y en todas sus maravillas y le decimmos sí a la vida, con todo el vitalismo de nuestra sangre, no tenemos sino que rebelarnos frente a los manipuladores fijistas y deterministas, que aun reconociendo el espíritu y su libertad, hincan su alfiler en las personas y en las sociedades teniéndolas subyugadas precisamente para fines mundanos o políticos y nada sobrenaturales. Conservadurismo, Ancien Régime, todo eso, que hace que los seres humanos no salgan de la oscuridad y a la luz y monten sus asambleas y ágoras libres fuera de los Estados.

Esto nos recuerda mucho el fijismo de la India, pongamos, pero en Occidente, donde se supone que se cree en la libertad humana no podemos soportarlo, aunque respetemos la India en su esencia y no en los racismos que allí se dan.

Los autores más modernos y postmodernos ya han estudiado el fenómeno hasta las heces; algunas publicaciones ya han salido por ahí, incluso en español. NO hay en el hombre una única naturaleza, por la sencilla razón de que en el hombre y en sus comunidades actúan muchos factores y se modifica todo o casi todo y aunque involuntariamente se modifique todo, uno puede modificar lo que le parezca, dentro del ámbito del respeto de los intereses generales humanos.

Estamos hablando, por supuesto, de la "SEGUNDA NATURALEZA": la que nos dan o nos damos en las sociedades. Estas crean unos nuevos seres humanos en los que interviene la palabra libertad y que puede hacer que no sean de la misma forma de cómo nacieron (esto las leyes penales deberían recogerlo mejor, pues se suele hacer penar como si todo fueran inmutable, desde la Ley del Talión). La Segunda Naturaleza nos hace de otra forma a como nacimos y en ella reside una nueva figura humana que hay que tener en cuenta si queremos estar en el realismo y no desfigurados por los fantasmas cavernícolas del determinismos con sus privilegios. Ya dijo Simone de Beauvoir que la mujer no nace, sino que se hace. Este hacer es propio del socialismo y de la libertad. Y creemos que esto lo saben muchas mujeres y muchos hombres, excepto los que aplican leyes draconianas a la población.

En Soria es una jaula lo que tenemos por libertad. Soria, en el terreno del pensamiento común ha progresado muy poco y los que tienen inquietudes se marchan (para que luego pasen de los 90 días en el extranjero y les quite el Rajoy la libertad y la seguridad de los principios del Estado del Bienestar, privándolos por ejemplo de la Sanidad ?tal como nos narraba una información plausible un medio periodístico soriano hace unos días-. Esto es ser moderno. Esto es libertad. No el vivir encerrado en la inmutabilidad del hombre a los largo de los siglos y en Soria por ejemplo, donde justamente se puede ver , aunque no se quiera, que hace efecto eso de la segunda naturaleza. Por eso se marcha todo dios soriano fuera de Soria, por la inaperturidad de la misma estructura social de Soria, cerrada, exacta en su cerrazón, lo contrario de lo que cantaba Gerardo Diego, que eran versos bucólicos, permisibles pero que no llegaban a conferirle trascendencia al tiempo, como Machado, como otros poetas. Sin menoscabo de Machado, poeta con honra, y no de algunos machadianos tan famosos.Todavía estamos en el ensayismo cuando hablamos de Machado, no vemos más allá de nuestras narices. Y debemos ampliar un poco la visión machadiana: "Todo es PASAR, PASAR HACIENDO CAMINOS?"

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