“Creo que este momento de transición es decisivo”, ha señalado este miércoles 6 de marzo la doctora venezolana Lizmar Indira Molina Ochoa a SORIANOTICIAS.COM una vez se ha conocido el fallecimiento del jefe de Estado de aquel país, Hugo Chávez. “Deseo que los cambios se hagan de forma pacífica y sean guiados por la Constitución de mi país”, señaló, confiando en que sea el pueblo el que “realmente decida lo que quiere”.
Molina, que lleva en España cuatro años como médico de familia, siendo su destino actual el centro de salud de Ágreda, significó en este sentido que para que la transición sea “realmente clara”, el proceso que actualmente se pone en marcha debe de conllevar que “los actores principales que hay ahora deberían no estar en estas próximas elecciones”, si bien este deseo lo vio “difícil”, ya que piensa que la situación, que hasta ayer mismo estaba manejada por una sola persona, podría tener continuidad en este mismo modo de gestión gubernamental.
“Espero que los chavistas entiendan la situación y decidan optar por otro bando”, explicó, aunque volvió a incidir en la poca probabilidad de esta apreciación, ya que se trata de “personas vulnerables que están en el poder un sistema que les ha mantenido”. A ello sumó, por otro lado, el ejemplo de dos de sus hermanas “que ayer estaban llorando porque se murió Chávez”, ya que “hay mucha gente que cree en el sistema” que inició el mandatario venezolano.
En cuanto a la situación económica de Venezuela, la doctora se lamentó de la alta tasa de inflación que se vive en estos momentos en su país, incluso en los productos básicos, detallando que una cesta de compra llega a ser tres veces el salario base establecido allí, “por lo que hay mucha pobreza”, describió, añadiendo que “con el dinero que tienes ahora mismo, dentro de tres días no puedes comprar lo que ya no compraste hoy”.
También habló de la situación sanitaria, por la cual una estancia en una clínica privada por el espacio de tres días supone al cambio 3.500 euros, además de otros tiempos en los cuales durante su ejercicio profesional allí, presenció escenas en las que escasean los productos básicos sanitarios como puede ser el suero, al igual que la escasez de medicamentos en farmacias y hospitales. Relató además que simples enfermedades de fácil curación, allí pueden acarrear el falleciendo irremediablemente, y recordó que en su experiencia médica “hacer una guardia era como ir a Vietnam”.
En este mismo sentido, ante la riqueza de recursos naturales que se le suponen a su país, Molina subrayó en la necesidad de evitar la corrupción que es generalizada, y no de manera puntual como aseguró que se da en España. Así, se mostró favorable en que los políticos deben “trabajar bien, no ser comprables y que su labor no tenga un precio, por lo que las personas que lleguen al poder deben hacerlo para solucionar los problemas de la gente”.
Con todo, también admitió que el régimen instaurado por Chávez forjó ciertos capítulos sociales “que no han sido tan malos”, tales como una normativa de amparo del menor, por lo que defendió conservar aspectos positivos y “modificar” otros que no lo son tanto.
En cuanto a su llegada a España, afirmó que decidió abandonar su país por la disconformidad de ideología con la gestión pública y también por la “inseguridad que se produce, con unas tasas de muertos por robos que es como en Afganistán en plena guerra”.
Continuando con su apreciación y para concluir, puso de relieve que llegar a ser un país floreciente se conseguiría a través de personas como Enrique Caprile, “un abogado joven que ha sido alcalde de sectores de Caracas donde entrar en ellos es entrar en una ciudad completamente diferente”.