Los montes sorianos se llenaron de recolectores este fin de semana, aprovechando las suaves y agradables condiciones meteorológicas, un número de recolectores y visitantes que se multiplicarán los próximos días, con motivo de la festividad de Todos los Santos.
Aunque cada vez es mayor la información que tienen los recolectores, sobre la regulación micológica que hay en Soria, lo cierto es que existe mucha confusión, especialmente entre los visitantes de fuera, a pesar de que en los alojamientos y establecimientos hosteleros a los que acuden reciben la información adecuada, cuando la solicitan.
Es el caso de Alberto, un joven de Madrid, que ha pasado el fin de semana con su pareja en Vinuesa, reconoce que le han informado que había que pedir un permiso para coger hongos?, pero que no se ha planteado solicitarlo por dejadez, y porque sólo pretenden dar pasar un rato y coger unos pocos para una merienda con los amigos. Eso sí, la parece bien que re regule la recolección de setas, para evitar abusos y cuidar el monte.
Este hecho de no solicitar permiso para recoger setas se repite todavía mucho, aún sabiendo que hay que hacerlo. En unos casos, se trata de personas que se puede calificar de 'paseantes' más que recolectores, pero en otros muchos son recolectores que venderán el producto que recojan, muy conscientes de que deben solicitar la licencia.
La confusión se está extendiendo, también, a las personas que quieren vender las setas, y quieren hacerlo en condiciones legales para evitar problemas. Las diferentes informaciones aparecidas sobre la imposibilidad de comprar sin la trazabilidad que marca la norma, y sólo a los distribuidores legalmente establecidos, ha provocado mucho malestar. No hay que olvidar que en Soria es muy habitual la práctica de la compra-venta directa. Ahora, tras la prohibición efectiva de la Junta de esta práctica, aunque la norma ya estaba 'escrita' en la regulación, los recolectores deberían acudir a alguna de las 12 empresas autorizadas para la compra.
El problema es que las lonjas previstas en el proyecto de regulación micológica siguen sin crearse, cuando esta campaña es la última en la que seguirá activo el programa MYAS, que en este momento gestiona el CESEFOR. La pregunta que se hacen compradores y vendedores es qué pasará, si no se acelera la creación de lonjas, algo que no tiene nadie claro, ni tan siquiera los ayuntamientos interesados.
De entrada, parece descartarse la creación de unas lonjas físicas, como las del pescado, que requiere una infraestructura importante de naves, cámaras o transporte, entre otras necesidades. Más se apunta la posibilidad de crear una lonja virtual, a través de internet, que no necesita infraestructuras, y que sí puede ofrecer la organización y el control que precisa el mercado y la comercialización de productos micológicos.
La Junta imitaría así la experiencia que se ha tenido con la caza, puesto que las adjudicaciones y pujas cinegéticas se están haciendo ya a través de internet de una manera sencilla, cómoda y con satisfacción por parte de los interesados.
Lo cierto es que los problemas se acumulan. Por una parte, los campamentos y recolectores ilegales se están incrementando, lo que exige un mayor control de las fuerzas de seguridad y agentes forestales, para evitar prácticas dañinas, abusos y el daño del monte. Por otra parte, los que quieren comprar y vender correctamente o no saben cómo hacerlo o no lo tienen fácil.
Y mientras, la campaña llega a su mejor momento, después de las últimas lluvias, y el sector turístico confía en que sus establecimientos se llenen de visitantes que quieran disfrutar del otoño soriano. Para ello, las iniciativas gastronómicas, exposiciones y otras actividades relacionadas con la micología se acumulan en numerosas localidades de la provincia, para que los sorianos y el turista pueda disfrutar con las setas. La micología se ha convertido en uno de los recursos turísticos de la provincia que más potencial de atracción de visitantes tiene.