A pesar de ello, Castilla y León ocupa ahora el séptimo puesto entre todas las autonomías frente al octavo lugar del segundo trimestre del año pasado. Desde entonces, el Monitor Adecco castellano-leonés ha aventajado a los de La Rioja y Aragón, aunque a su vez ha sido superado por el de Baleares. Por otra parte, Castilla y León ha logrado mantenerse por encima del promedio nacional, tal como ocurre desde comienzos de 2010.
En el segundo trimestre de 2012, Castilla y León registró 12 huelgas por cada 100.000
empresas, ubicándose entre las cinco comunidades con menor número de conflictos junto con Extremadura (6,2 huelgas), Baleares (8,4), Madrid (8,9) y Castilla-La Mancha (9,3). El número de huelgas en la región castellano-leonesa está claramente por debajo del promedio de toda España.
Estos indicadores revelan también que con 57,3 accidentes laborales por cada 10.000 personas ocupadas, la región es la cuarta autonomía con menor siniestralidad laboral, tras la Comunidad Valenciana (50,9 accidentes), Cantabria (52,3) y Aragón (55). Aunque el porcentaje de personas sin empleo que cobra prestación por estar desocupado, se ha reducido en los últimos doce meses en todas las comunidades autónomas, Castilla y León junto con Murcia- ha sido la única región en donde esa disminución ha sido menor. En el caso castellano-leonés, un 56,2% de las personas desocupadas percibe una prestación por desempleo.
La autonomía castellano y leonesa destaca, junto con Murcia y Aragón, por ser una de las tres comunidades autónomas que menos han incrementado su tasa de desempleo en comparación con el segundo trimestre de 2011. En Castilla y León, el aumento ha alcanzado los 1,9 puntos porcentuales, por lo que la proporción de personas sin empleo ha llegado a un 18,1%.
En cuanto a la economía, el nivel salarial de la Comunidad es relativamente bajo y ha evolucionado algo peor que en el resto del país. El salario promedio en Castilla y León es de 1.506 euros mensuales, ocupando el noveno lugar en el conjunto de comunidades autónomas. Si hace un año resultaba un 7,9% menor que el promedio de España (lo que equivalía a una pérdida mensual de 128 euros), ahora la brecha se ha ampliado a un 8,2% (tratándose de una desventaja de 134 euros por mes).