La actualidad soriana no viene marcada únicamente por la crisis económica, que amenaza principalmente a nuestra valiosa comarca de Pinares a razón de los despidos de Norma. La capital soriana, centro neurálgico de la actividad provincial, asiste a la demorada ejecución de dos importantes infraestructuras en sus extrarradios: la Ciudad del Medio Ambiente y el nuevo Centro Penitenciario. De Autovías mejor no hablemos. Pero además, se antojan proyectos faraónicos el nuevo Mercado de la Plaza de Abastos y el nuevo Parking del Espolón sumado a la peatonalización de la Plaza de Mariano Granados.
Esperamos que todas estas infraestructuras alejen a Soria de la crisis económica, del mismo modo que sería deseable para nuestro espíritu deportivo vislumbrar éxitos en el Club Deportivo Numancia. Esta temporada puede ser especial. En fútbol el soriano Pablo Machín está recuperando al equipo de un titubeante inicio, mientras en Voleibol otro soriano (nacido en Cocentaina) guía hacia los títulos a sus excompañeros de equipo.
Todo ello pasa mientras por fin nos adentramos en el invierno soriano, el cual viene acortándose en los últimos años merced al ya no tan cuestionado Cambio Climático. No importa en exceso porque estamos acostumbrados a abrigarnos bien para pasear por El Collado mientras comemos unas castañas. Pero también podemos refugiarnos en el Palacio de la Audiencia, el Casino o, principalmente, en el Centro Comercial de las Camaretas.
El refugio del frío es más seguro que el de la hecatombe financiera. El fatal manejo de la crisis por parte de toda la clase política está hipotecando años, e incluso décadas de desarrollo, pagando intereses que reducen inversiones. Pero es que además, la globalización que tanto nos benefició ahora nos asfixia el desarrollo propio: compramos alimentos sudamericanos y utensilios asiáticos, mientras ni siquiera nuestro turismo ha sido suficientemente revitalizado con las inteligentes revueltas originadas en los países del norte de África, grandes competidores turísticos.
La actualidad soriana no viene marcada únicamente por la crisis económica, que amenaza principalmente a nuestra valiosa comarca de Pinares a razón de los despidos de Norma. La capital soriana, centro neurálgico de la actividad provincial, asiste a la demorada ejecución de dos importantes infraestructuras en sus extrarradios: la Ciudad del Medio Ambiente y el nuevo Centro Penitenciario. De Autovías mejor no hablemos. Pero además, se antojan proyectos faraónicos el nuevo Mercado de la Plaza de Abastos y el nuevo Parking del Espolón sumado a la peatonalización de la Plaza de Mariano Granados.
Esperamos que todas estas infraestructuras alejen a Soria de la crisis económica, del mismo modo que sería deseable para nuestro espíritu deportivo vislumbrar éxitos en el Club Deportivo Numancia. Esta temporada puede ser especial. En fútbol el soriano Pablo Machín está recuperando al equipo de un titubeante inicio, mientras en Voleibol otro soriano (nacido en Cocentaina) guía hacia los títulos a sus excompañeros de equipo.
Todo ello pasa mientras por fin nos adentramos en el invierno soriano, el cual viene acortándose en los últimos años merced al ya no tan cuestionado Cambio Climático. No importa en exceso porque estamos acostumbrados a abrigarnos bien para pasear por El Collado mientras comemos unas castañas. Pero también podemos refugiarnos en el Palacio de la Audiencia, el Casino o, principalmente, en el Centro Comercial de las Camaretas.
El refugio del frío es más seguro que el de la hecatombe financiera. El fatal manejo de la crisis por parte de toda la clase política está hipotecando años, e incluso décadas de desarrollo, pagando intereses que reducen inversiones. Pero es que además, la globalización que tanto nos benefició ahora nos asfixia el desarrollo propio: compramos alimentos sudamericanos y utensilios asiáticos, mientras ni siquiera nuestro turismo ha sido suficientemente revitalizado con las inteligentes revueltas originadas en los países del norte de África, grandes competidores turísticos.