La Saca terminó con dos heridos por asta de toro. Se trata de CCM, varón de 49 años, que sufrió una herida en zona inguinal, tras una sutura fue dado de alta; y J.P.I.S., varón de 57 años, que recibió una cornada en el muslo izquierdo. Pasó por el quirófano y evoluciona positivamente. Además, una tercera persona, F.J.M.G, varón de 51 años, fue atendida en el Hospital por traumatismo craneal y en el brazo izquierdo, por un golpe de toro.
Otras 2 personas fueron atendidas en el Hospital de la capital soriana por incidentes provocado por los caballos. Un joven de 25 años, que responde a las iniciales A.T.M., quedó ingresado en observación tras caerse del animal; y el varón J.J.J., de 30 años, se fracturó la tibia por una coz, recibiendo el alta tras ser atendido en Urgencias.
Asimismo, otras seis personas que asistieron a La Saca fueron atendidas en los Servicios de Urgencias del Hospital. Son M.L.S.M., mujer de 50 años, policontusionada por caída desde roca; J.V.R., varón de 24 años, fractura de metacarpo; J.J.J., varón de 68 años, atendido por alteración del estado general en Valonsadero; M.R.G., mujer de 20 años, luxación de codo; J.B.R., mujer de 17 años, traumatismo en rodilla izquierda; asó como un varón de 22 años por intoxicación etílica. En todos estos casos se dio la alta médica tras ser atendidos.
En Atención Primaria del centro de salud de La Milagrosa se atendieron, hasta las 19 horas del Jueves La Saca, a un total de 59 pacientes, por diversas incidencias, consecuencia de pequeños golpes, cortes e intoxicaciones etílicas. Dos de ellos procedían del Monte Valonsadero.
Pero a pesar del parte médico ofrecido por la Delegación Territorial de la Junta, puede decirse que la La Saca de 2012 puede calificarse de tranquila, por el menor número de incidencias, que no revistieron gravedad.
Unas 30.000 personas vivieron en Valonsadero la salida de los toros de La Saca, que resultó histórica, tanto por los animales que entraron en la plaza, como por la actitud de los participantes, en una jornada calurosa que ayudó al disfrute de la fiesta.
A los 12.00 en punto, se abrió el portalón de los corrales de Cañada Honda, donde cientos de personas esperaban el intenso momento de la salida de los toros. Los 12 novillos salieron rápidos y bien arropados por los caballistas, consiguiéndose agrupar a todos en la Vega de San Millán, en un primer tramo muy rápido por el monte de Valonsadero, donde miles de personas siguieron la salida.
Como es lógico, los caballistas y los participantes a pie tuvieron que emplearse a fondo para conducir alguno de los novillos y evitar que se quedara descolgado de la manada. Un par de novillos dieron un buen susto a las decenas de personas que se amontonaban en una roca de la zona del Hotel Valonsadero, puesto que atravesaron toda esa roca, antes de volver con el resto de la manada.
A las 14.30 horas la manada volvió a salir de la Vega de San Millán al descansadero del Pinarcillo, la segunda parada, antes de encarar ya el último tramo por el polígono industrial de Las Casas y llegar a las calles de la ciudad de Soria para entrar a los corrales de la plaza de toros.
De nuevo, esta segunda salida fue rápida y limpia, aunque un caballista cayó al suelo y recibió un buen susto de uno de los novillos, que quedó razagado. En este tramo, antes de llegar al descansadero, en la zona de la fuente del carril bici, una persona fue corneada en el muslo. En el Pinarcillo, uno de los toros se escapó del vallado, provocando momentos de confusión, puesto que quedó suelto en una zona en la que, supuestamente era segura, por lo que más de una persona se llevó un buen susto, ante la presencia sorpresiva del animal bravo. Al final, caballistas y personal a pie lograron reunirlo con el resto de la manada.
La tercera salida de la manada, desde el Pinarcillo, también empezó agrupada, pero los toros ya tenían menos fuerzas, y en la larga subida hacia ciudad deportiva del Numancia, dos astados se quedaron rezagados del resto de la manada. Uno de ellos llegó a la plaza por sí solo, pero el último novillo tuvo que ser ensogado y montado en un camión, por la escasez de fuerzas.
La llegada a la plaza fue más rápida que en otras ocasiones, y destaca el cada vez mayor número de mozos que siguen a pie la Saca, colaboran en la traída de los toros, o corren delante de los novillos por las calles, en un último tramo vallado, con algunas estampas de encierro especialmente vistosas y muy participativas.
Con la finalización de La Saca, sorianos y visitantes disfrutaron de una suelta de vaquillas en una plaza de toros repleta, que puso el broche final a una Saca histórica, tanto por el comportamiento de los astados, como por el número de participantes y, lo que es más importante, su responsable comportamiento en el empeño de conducir a los toros para llegar a la plaza, llevándolo hacia adelante muy cerca, en algunos casos. Lamentablemente, todavía hubo algunas personas que se empeñaron en llamar a los novillos desde atrás para volverlos, dificultando así la llegada a la plaza.